«Cuando voy a un hotel jamás digo a qué me dedico»Un grupo femenino y singular donde todas las directoras son mujeres

? L. Vidal

MERCADOS

@ASIERGMORATO

el detalle

19 ago 2018 . Actualizado a las 05:13 h.

¿En qué se fija una directora de hotel cuando se hospeda en un hotel que no es el suyo? «Pues en todo», confiesa Alba. «Supongo que es deformación profesional, no lo puedo evitar. Cuento los camareros que hay, qué sirven en el desayuno, si falta un cartel en tal o cual sitio...». Pero no abusa de su condición profesional: «Jamás digo a qué me dedico y lo pido todo por favor cincuenta veces». Reconoce que toma apuntes de sus experiencias en otros establecimientos que le pueden servir de inspiración: «En el móvil tengo mil fotos que luego comparto con el maitre». Se cogió una semana de vacaciones a principios de junio, «para cargar pilas», y hasta octubre/noviembre, no podrá volver a hacer la maleta, salvo un viaje relámpago a Roma, regalo de cumpleaños. «Cada año procuro hacer una escapadita. El año pasado tocó Grecia», aunque no le hace falta irse tan lejos: «Siempre que tengo un hueco me escapo a O Grove o Portonovo».

Todos los establecimientos hoteleros del Grupo Carrís -cuatro hoteles en Galicia y un quinto en Oporto, además de un hostel a orillas del Duero- están dirigidos por mujeres y solo un 35 % de su plantilla está formada por hombres, si bien Alba Álvarez admite que son una rara avis en el sector, donde todavía hay que romper un techo de cristal, real y psicológico. «La proporción está bastante desequilibrada. Hace poco asistí a una comida y éramos solo tres mujeres entre un montón de hombres», confiesa.

Los propios clientes tienen interiorizado un estereotipo: «A lo mejor dicen ?quiero hablar con el director?. Supongo que esperan ver a un señor que peina canas. Luego me ven a mí, mujer y joven, y se sorprenden». Como ocurre en otras dedicaciones, la presencia femenina es sin embargo mayoría en las aulas donde se forman estos profesionales, pero luego «ellas quedan relegadas a camareras de piso o recepcionistas». Aunque nunca se ha sentido discriminada, «sí lo veo a mi alrededor, sobre todo en los salarios».

Me encantan las Rías Baixas. Siempre que tengo un hueco libre me escapo a O Grove o Portonovo»