Cómo convertir un residuo en una fuente de riqueza

Rosa Estévez
Rosa Estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

MERCADOS

PACO RODRÍGUEZ

01 jul 2018 . Actualizado a las 04:45 h.

Convertir los subproductos en una fuente de riqueza más. Ese fue el objetivo con el que Queizúar recurrió a las universidades gallegas y les planteó una colaboración para sacar el máximo provecho al suero lácteo que se genera en su fábrica de producción de quesos. Desde aquel primer paso hasta hoy han pasado ya unos cuantos años. Por el medio, se han gestado ideas, se han descartado alternativas, se han desarrollado otras hasta conseguir que dos patentes hayan germinado. Con ambas concedidas en España, la empresa se ha lanzado a conseguir su validación en otros países de Europa y América del Sur. «Las patentes son importantes porque nos han permitido proteger dos tecnologías que hemos desarrollado. Otras empresas del sector lácteo podrían beneficiarse de estas tecnologías, ya que permitirán revalorizar el suero y convertirlo en un activo, en vez de pagar para su gestión», explican desde Queizúar.

¿Y cómo se convierte el suero lácteo en una nueva materia prima, cargada de potencialidades? De ello hablamos con Natalia Estévez y María Gómez, las responsables del departamento de I+D+i de la empresa, que tiene su sede en Touro. El suero lácteo contiene principalmente proteínas y lactosa. Las patentes desarrolladas por Queizúar, una en colaboración con la Universidad de Vigo, la otra con la de A Coruña, consiguen reconvertir esos elementos, que hacen del suero un residuo de difícil gestión ambiental, en nuevas materias primas. Por un lado, explica Natalia, se ha encontrado el camino para convertir las proteínas «en péptidos bioactivos capaces de bajar la tensión arterial». Por el otro, a la lactosa se le ha encontrado una nueva vida como fuente de bioetanol. El suero de la leche, pues, podría convertirse en una alternativa a la producción de este combustible a partir de materiales agrícolas como el maíz.

En el mundo de la investigación, las cosas llevan un ritmo propio. En estos momentos, en el departamento de I+D+i de Queizúar trabajan en el desarrollo que permita aplicar la tecnología patentada a nivel industrial. «Necesitamos tener una planta donde hacer la revalorización del suero lácteo», explica Natalia Estévez. En estos momentos, se están tramitando los permisos de obra que permitirán hacer realidad un sueño para el sector.

Una de las tecnologías permite hacer del suero lácteo una fuente de bioetanol