Cruces atesora el primer huevo español con huella ambiental calculada

Javier Benito
Javier Benito LALÍN / LA VOZ

MERCADOS

Rober Amado

David Sueiro Avicultura Artesanal produce 1.000 unidades diarias; restauradores como Martín Berasategui o Iván Domínguez, entre sus clientes

24 jun 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

En un paradisíaco entorno natural de Añobre, una pequeña parroquia del municipio dezano de Vila de Cruces, se gestaba hace ahora un lustro una explotación avícola en torno a la Galiña de Mos. Detrás se encontraba un joven emprendedor, David Sueiro, capaz de innovar no solo con algunos de sus productos delicatesen, sino también de convertir a los huevos de sus gallinas ponedoras en los primeros de toda España que logran la certificación de huella ambiental calculada. Un referente de calidad recibido por su sostenibilidad y que hasta ahora solo atesoraba una firma holandesa en toda Europa, desde el pasado febrero.

David Sueiro Avicultura Artesanal comercializa en torno a un millar de huevos diarios, con 3.000 gallinas de puesta en explotación al aire libre. Pero a ese producto estrella suma otras múltiples propuestas, desde gallos de nueve meses y despieces para alta restauración a gallina vieja o una hamburguesa con muy buena acogida. En el mercado podemos encontrar además embutidos, patés, caldos, crestas con algas o conservas artesanales con denominación de Vila de Cruces. Con una facturación anual en torno a los 100.000 euros, el mercado nacional copa sus ventas, en especial la alta restauración y tiendas gourmet, principalmente en Madrid.

Martín Berasategui en Lasarte figura entre su clientela, con un pedido consolidado de 1.000 huevos semanales, mientras en Galicia trabaja, entre otros, con Iván Domínguez. David Sueiro también incide en la colaboración que mantiene casi desde sus inicios con el chef asturiano Nacho Manzano. La densidad, cremosidad y bajo contenido en agua de las yemas las convierten en un ingrediente de calidad en los platos de estos cocineros, donde las claras se convierten en meros conservantes.

Salto cualitativo

Ganar en credibilidad para el consumidor con un producto de calidad, donde se analizan desde los impactos ambientales derivados de la producción, comercialización e incluso los residuos que genera, motivó la decisión de David Sueiro de dedicar meses en conseguir la distinción de la huella ambiental. Todo para lograr «un huevo único, con muy poca agua y con propiedades beneficiosas para la salud al tener ácidos grasos como el Omega 3 y el 6, al alimentar a las gallinas con pulpa de oliva», resaltaba este productor dezano. Ese ingrediente en la alimentación -junto con harinas gallegas de trigo y maíz- sustituyó con una importante mejora a la harina de castaña que empleaba hasta hace poco tiempo, al aportar más vitamina E y mejorar la capacidad inmunológica de sus aves.

Pero David Sueiro trabaja ahora junto con Patricia Lorenzo en el crecimiento de la explotación junto a la apertura de una granja escuela. Están ya en marcha los primeros pasos para alcanzar las 9.000 gallinas ponedoras y en un futuro el objetivo es crecer hasta las 12.000, además de la cría para carne de unos 6.000 gallos al año. Y trabajan con el Centro Tecnolóxico da Carne para acometer un proyecto de investigación de cuatro años de duración sobre las bondades del huevo como producto de calidad. La granja escuela quieren tenerla lista en el 2019 y se dedicará a razas autóctonas, junto a huertos de plantas medicinales y aromáticas además de vegetales propios de Galicia. Dispondrá de aula de formación y emprendimiento para intercambiar experiencias sobre el mundo rural con otros productores.

El camino fue complicado, como reconocía David Sueiro, testando productos que en algunos casos no encontraron mercado por el precio a pesar de su calidad. La combinación de acierto-error fue dando sus frutos e incluso ya comienza tras un año de contactos con una primera remesa exportada a Japón y gestiones para llegar a Francia. «No puedes estancarte y el objetivo es que toda la producción sea en instalaciones propias, ahora parte viene de Ourense, y para ello es pilar fundamental la incorporación de Patricia Lorenzo por su experiencia y capacidad de trabajo para que todo funcione como un reloj», aseguraba este inquieto emprendedor rural.

Acaba de enviar el primer pedido a Japón y busca llegar a Francia, además de crecer en producción