¿Revolución Pedro Sánchez?

F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

J.J. Guillén

Los economistas gallegos no aguardan grandes cambios con el nuevo Gobierno; la falta de sintonía económica con los nacionalistas hará imposible acometer las grandes reformas

17 jun 2018 . Actualizado a las 05:12 h.

¿Qué espera del nuevo Gobierno socialista? Esta fue la simple pregunta formulada a cinco economistas gallegos de prestigio: Venancio Salcines, Santiago Lago, Maite Cancelo, Alberto Vaquero y Dolores Riveiro. Todos coinciden en que, probablemente, poco cambiará en la economía española como consecuencia de la debilidad parlamentaria del PSOE. De hecho, ya ha tenido que renunciar a derogar la reforma laboral.

El profesor de Economía y vicepresidente de la Escuela de Finanzas Venancio Salcines augura que el nuevo Gobierno socialista está condenado a seguir una política económica continuista porque, se explica, «no tiene apoyos parlamentarios para abordar reformas de calado en materia económica». Y menos con los partidos nacionalistas, tanto catalanes como vascos, que se mueven en una órbita liberal que dista de la del PSOE, en la que no caben, por ejemplo, subidas de impuestos a las rentas más altas o la supresión de la reforma laboral.

Pero Salcines considera que el Ejecutivo sí puede hallar puntos de encuentro con la oposición en grandes cuestiones de Estado como la salvación del sistema público de pensiones, una nueva política demográfica o de inmigración. El profesor de Economía sí espera que Pedro Sánchez sea capaz de resolver uno de los grandes cuellos de botella de la política presupuestaria: lograr una ejecución eficaz de las cuentas públicas y evitar así que una parte importante de las partidas para inversión pública se queden en el cajón, como ha ocurrido hasta ahora.

Esa política económica continuista del nuevo Ejecutivo que augura Salcines es, aclara, la que tranquiliza a los inversores: «El mercado está contento porque da por hecho que no va a haber cambios, ni discursos populistas». De hecho, el vicepresidente de la Escuela de Finanzas señala que las cifras macro van a mejorar porque «la economía la mueve la confianza» y los inversores la tienen en España, más tras conocer nombramientos como los de Nadia Calviño como ministra de Economía. «La recuperación económica es como un caballo pura sangre, hay que dejar que galope, no frenarlo», zanja Salcines.

Maite Cancelo, profesora de Económicas de la Universidade de Santiago, teme que las políticas de Pedro Sánchez acaben implantándose y aumenten los impuestos -como el de sociedades- para incrementar los ingresos y cubrir así el aumento del gasto público que planea. «No sería procedente porque podría frenar las inversiones de las empresas en España, con lo que veríamos comprometido el crecimiento económico y la creación de empleo», destaca. Cancelo recomienda no acometer grandes cambios en la fiscalidad, porque «eso desincentiva al inversor».

De todos modos, avanzó que la prueba de fuego para el Gobierno de Sánchez ocurrirá cuando negocie el techo de gasto para el próximo año, «ahí veremos qué quieren hacer».

sí al diálogo social

Dolores Riveiro, profesora del departamento de Fundamento de Análisis Económico de la USC, considera que el nuevo Gobierno sí podrá tomar medidas y que ya ha puesto sus primeros granitos de arena, con la recuperación del diálogo social con patronal y sindicatos para acordar una subida salarial de los trabajadores y, por tanto, de las cotizaciones. Para Riveiro, es primordial dar ese paso para rescatar a una maltratada clase media, más empobrecida desde el azote de la crisis. Ese aumento de salarios traerá una recuperación del consumo, pilar que afianzará el crecimiento económico. Al mismo tiempo, la economista apuesta por incrementar los recursos y que el Ejecutivo aborde tanto la lucha contra el fraude fiscal como la prometida subida de impuestos para conseguir recursos. «Subir impuestos me parece razonable, no es malo, pero con salarios más altos, porque vamos a tener nuevos gastos sociales», subraya. En ese sentido, defiende el gravamen a los bancos por las transacciones financieras, por ejemplo.

Santiago Lago, profesor de Economía Aplicada en la Universidade de Vigo, no alberga demasiadas esperanzas de que el nuevo Gobierno pueda maniobrar a la vista de su escaso apoyo parlamentario. Aunque le gustaría. Sobre todo para acordar de una vez las grandes reformas que a su entender precisa el país. Como la fiscal, a fin de aumentar la recaudación, cambiando los tipos que se aplican, no aumentándolos porque «xa son elevados»; o la de las pensiones, para garantizar la sostenibilidad del sistema.

Lago también considera urgente conseguir lo que él denomina una rentabilidad social del gasto, esto es, racionalizar las inversiones con gasto público. También avanzar para introducir mayor competencia en algunos mercados, e intentar una reforma laboral, a la que el PSOE ya ha tenido que renunciar, de momento, por falta de apoyos. En este campo, el economista apuesta por la modalidad de contrato único para luchar contra la precariedad laboral.

Alberto Vaquero, profesor y economista del Foro Económico de Galicia, por su parte, considera prioritario acabar con la reforma laboral, que implantó más flexibilidad a costa de un empeoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores: «Si de verdad la economía está mejorando, tiene que traducir esto en una mejora de los salarios y de las condiciones laborales».

Enfriar ya la deuda

Otros deberes que Vaquero le pone a Pedro Sánchez son reducir el fuerte endeudamiento del país, que ronda el 100 % del PIB; una reforma fiscal que acabe con la excesiva presión que existe sobre los rendimientos del trabajo de las rentas medias; y una auténtica apuesta por la inversión en I+D+i, que permita recuperar el peso que ha tenido antes de la crisis. Y, claro, una reforma de las pensiones, «para lo que es necesario generar empleo de calidad para generar recursos, evitando el uso excesivo de subvenciones y ayudas que poco ayudan a la creación de empleo».