Uno de los aspectos más curiosos del bum radica en que California apuesta por todo lo que Donald Trump rechaza. Al calor de su Ejecutivo de corte demócrata, es el estado que más apoya la inmigración, un colectivo que ya representa el 27 % de su población. También es uno de los pioneros en cuanto a la puesta en marcha de políticas para luchar contra el cambio climático. Una de ellas ha sido debatida recientemente, y obliga a que a partir del 2020 todas las casas de nueva construcción deberán tener paneles solares para ahorrar la energía producida por fuentes tradicionales y como parte de las nuevas reglas aprobadas por la Comisión de Energía del estado. Se calcula que se evitarán 700.000 toneladas de emisiones de CO2. «Elegimos el futuro, elegimos ganar, elegimos hacer el planeta grande y saludable de nuevo», clamó el pasado martes el exgobernador de California y actor Arnold Schwarzenegger, después de pedir al presidente Trump «lloriquear menos y actuar más» en la lucha medioambiental.
«Hemos elevado el impuesto sobre la renta y los pagos asociados a la reducción de emisiones de los gases de efecto invernadero son cada vez más altos», explicó el director del Centro de Estudios Continuos de la Economía de California Stephen Levy, en The New York Times. «Ninguna de estas medidas ha mermado el atractivo de este estado para quienes tienen talento, buscan innovar y son emprendedores».