«En Galicia non había nada disto. Entón ¿por que non...?»

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

MARTINA MISER

06 may 2018 . Actualizado a las 04:45 h.

La culpa es de Félix Rodríguez de la Fuente. Fueron sus programas los que le metieron a Evaristo González el gusano en el cuerpo, o más bien el águila. «O meu hobby foron sempre os animais, sobre todo as aves rapaces. Encantábanme. Soñaba con ter algún día unha aguia real e un lobo. Houbo que esperar, pero mereceu a pena. Logreino aos 47 anos». Este cambadés, de Covas de Lobos, ha logrado trabajar con lo que más le gusta. Habla de las aves, sus aves, como un escultor que con un cincel ha ido labrando una pieza máster. Para él, Rapiñas do Salnés Cetrería, creada hace unos seis años, es también la obra de su vida, un negocio que ha ido levantando poco a poco a partir de un sueño que tenía desde joven y que empezó a visualizar a los 29 años, «cando fun a unha exhibición de rapaces e empecei a falar co encargado da mostra».

Aquel primer contacto lo llevó a comprar un halcón lanario, esos que tienen el pecho blanco con pintas marrones. «Pouco a pouco fun vendo que aquilo me enganchaba moito e aquí en Galicia non había ningunha empresa seria dedicada a isto. ¿E por que non...?», recuerda. Fue entonces cuando empezó a incrementar su número de pájaros. Tiene búhos, lechuzas, halcones, águilas... Luego aguardó la oportunidad y hace poco más de seis años comenzó a madurar la idea de dejar el sector de la construcción para dedicarse de lleno a la cetrería. No solo se enganchó él, también su esposa. Y pronto también enrolará a su hijo en esta aventura en la que desde hace un par de años está Aquiles, un perro lobo checo, según sus papeles, aunque Evaristo cuenta que por sus venas corre sangre de lobo ibérico. De esa forma nació Rapiñas do Salnés, que lleva como autónomo. «Imos a feiras medievais, a actos benéficos, a eventos de caza, facemos vodas nas que os falcóns entregan os aneis... pero tamén traballamos no campo do control de pragas», explica. De hecho, por ejemplo, realizan el control de gaviotas en concellos como Cerceda. Además, crían aves en su centro especializado, fabrican cajas de transporte, reposaderos para los pájaros, dan cursos de iniciación a la cetrería... El campo es inmenso. Y no solo tienen halcones, hay mucho más.