Cultura, el sector de los 30.000 empleos que quiere ser industria

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

juan salgado

Sus números pesan tanto como los de la pesca, pero la precariedad laboral o la falta de inversión les lastra; son negocio y podrían ir a más, pero reclaman un proyecto de futuro

22 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La cultura es uno de los sectores económicos con más ramificaciones: la forman el cine, la música, el teatro, los artistas, pero también las bibliotecas, museos, productoras y todo su personal. Un sector tratado como algo pequeño cuando en realidad sus números dicen todo lo contrario. Sí, la cultura es negocio y, por supuesto, economía.

Según la EPA, en el segundo trimestre de 2017 había 30.500 personas trabajando en la industria cultural gallega, algo que incluye todo tipo de ocupaciones. Son 3.100 más que en el mismo trimestre del 2016, pero sus altibajos en la última década han sido constantes e incluso dramáticos durante la crisis. En el 2009 había 33.900 personas dedicándose a la cultura. Dos años después habían caído a poco más de 24.000. Por no hablar del 2012: la peor cifra, 21.300. «Somos o 2 % do PIB e o 3 % do emprego», señala Marcos Lorenzo. Cifras llamativas y poco consideradas teniendo en cuenta que la pesca es el 2,1 % del PIB (el 2,9 % del empleo). Lorenzo, economista y consultor, es también coordinador del Curso de Experto en Xestión Cultural da USC. A punto de arrancar su cuarta edición, considera «sintomático que non houbera durante moito tempo formación regrada deste tipo en Galicia».

Las características del empleo cultural también son particulares. «Predominan os autónomos, máis que no conxunto da economía. As facturacións son moi pequenas e o prezo por hora de traballo é baixo. É unha loita por sobrevivir», explica Lorenzo.

Según el Consello da Cultura Galega, ese 2 % del PIB son 1.103 millones de euros. «O 80 % son traballadores por conta allea e o resto son autónomos». Así lo reflejan en el reciente informe Diagnose da Cultura Galega. Datos para unha Estratexia Cultural no século XXI, un documento que les encargó la propia Xunta. Según ese mismo trabajo, las empresas culturales en Galicia llegaban en el 2016 a las 6.151, con un crecimiento constante desde el 2014, cuando eran 5.747, el peor dato de los últimos siete años. Eso sí, estamos, según Marcos Lorenzo, ante un «océano de microempresas». Los datos lo confirman: en el 2015 había 6.016. De ellas, unas 1.900 tenían entre 1 y 2 asalariados. Pero es que 3.977 no tenían ni un solo empleado. Es decir, el 58,2 %. Según el Consello da Cultura Galega, en el 2015 «un 99,5 % eran pemes con menos de 50 traballadores».

Como ejemplo, Alvarellos Editora. Fundada en 1977, es una de las editoriales más antiguas de Galicia. «Como núcleo somos dúas persoas. Despois temos os que chamamos satélites, autónomos ou contratados puntuais que poden ser de 2 a 4 dependendo da época e o volume de traballo», explica Henrique Alvarellos, director de la empresa, escritor y vicepresidente de la Asociación Galega de Editoras. Además de reimpresiones y segundas ediciones, desde Alvarellos lanzan al mercado entre 10 y 12 títulos al año. «Somos unha editora que aposta por obras alternativas para públicos concretos. Editamos en galego e tamén en castelán, mesmo algúns títulos bilingües, co inglés como lingua foránea. A clave está en que o que un edita en galego poida comercializalo fóra, noutros idiomas, é dicir, a internacionalización da nosa cultura». Henrique considera que Galicia es una potencia a nivel creativo, pero «a nivel empresarial vivimos na resistencia. Temos cifras moi similares a outros sectores produtivos como a fabricación de automóbiles e compoñentes, que están no 2,3 % do PIB e que representan o 1,7 % do emprego. No caso da edición, o panorama está moi afastado do que as cifras reflicten. O informe O libro e a edición en Galicia publicado polo Consello da Cultura Galega revela este dato: ‘O número de libros publicados en galego sufriu unha caída dun 43,8 % no período 2008-2015, cunha perda de máis de 1.000 títulos. A esta situación debemos engadir un recorte de ata o 80 % dende o 2008 nos orzamentos destinados á dotación de bibliotecas públicas en Galicia’», especifica desde el sector editorial.

Y es que, ¿cuánto gasta Galicia en su cultura? Marcos Lorenzo apunta a que el gasto desde la Administración se redujo drásticamente desde el comienzo de la crisis. «Entre o 2008 e o 2014 a caída foi dun 62,9 %. Os concellos tamén contraeron as súas partidas. Pero foi menos brusco. E non hai que esquecer que desapareceron as caixas e moitas fundacións. Por non falar do que se perdeu en patrocinio privado, que é incalculable».

¿MOTOR DE CAMBIO?

Según el Consello da Cultura Galega, la proporción del gasto en cultura sobre el presupuesto total de la Xunta es de un 0,65 %.

¿Cuál sería entonces la cifra adecuada? El doctor en Economía Aplicada y profesor de la Universidad de Valencia, Pau Rausell-Köster, considera que los gobiernos autonómicos deberían dedicar un 2 % de su presupuesto a la cultura. Este académico ha centrado gran parte de su trayectoria a argumentar que una mayor apuesta e inversión en cultura se traduce en un mayor desarrollo económico de un país a o región. «No hablamos solo de empleo: mejora la productividad, incrementa la atracción de inmigrantes cualificados, mejora la competitividad regional, la calidad de los puestos de trabajo, tiene efectos sobre la autoestima y el sentido de la identidad y pertenencia. No es prioritario para los gobiernos por un desconocimiento de los efectos reales, añadido a la dificultad de transmitir a la población que se trata de una seria transformación socioeconómica». Rausell-Köster ha defendido incluso en los últimos años que la inversión en cultura era uno de los mejores motores de cambio ante la crisis.

Marcos Lorenzo ve a día de hoy con cierto optimismo que la Xunta tenga en marcha una nueva estrategia cultural. En su presentación, el Consello da Cultura Galega advertía a la Administración de que los recortes habían sido «demasiado agresivos» y que, aunque se está notando la recuperación, aún es «insuficiente». Una de las propuestas que hacen: subir ese gasto consolidado del 0,65 % hasta el 1 % en el 2021, pero con el objetivo de llegar al 1,5 % en diez años. Un informe en el que se reclama, entre otros aspectos, una mayor profesionalización del sector y el fomento de la colaboración. En definitiva, una mejor planificación y una auténtica estrategia para la cultura. Los resultados se notarán en el futuro.