Buena, barata y se monta como un mueble de Ikea

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Bonita, también. Los pontevedreses Proyectopía diseñan y levantan con una innovadora tecnología viviendas modulares personalizadas y ecoeficientes

03 abr 2018 . Actualizado a las 14:37 h.

A los pies de la playa de la Lanzada, una alargada y desierta parcela acoge un cubo blanco de dos plantas y diseño exclusivo. Está casi terminado. Se trata de una vivienda modular, un apartamento turístico inspirado en las tradicionales casetas marineras que forma parte de una familia de cinco miembros que estará completa este verano. Del diseño e instalación de este complejo eficiente, bautizado como Mardesía, se encarga el innovador estudio de arquitectura Proyectopía. Funcionará como showroom, como catálogo real. «Los clientes podrán ver las viviendas, tocarlas e incluso alquilarlas un fin de semana, comprobando lo confortable que resulta una casa pasiva (de consumo energético casi nulo)», explica el arquitecto Víctor Hermo. Fundó Proyectopía en el 2015, tras hacerse su propia casa y comprobar en piel propia que no era este precisamente un camino de rosas. Su empresa, hoy integrada por un equipo disciplinar de seis personas, nació con el objetivo de ponerle las cosas fáciles al cliente, de reducir tiempos, costes y fallos humanos gracias a la tecnología, de tomar lo mejor de las estructuras prefabricadas -su rapidez, sus precios asequibles- y de la construcción convencional -la libertad de diseño-. Hoy, los arquitectos, asentados en Pontevedra, son capaces de idear y montar una vivienda modular en seis meses desde 77.000 euros.

«Los que deciden hacerse una casa son unos valientes -sostiene Hermo-. Se ponen en manos de un arquitecto que les hace un proyecto, pero muchas veces ni el arquitecto ni el constructor saben realmente lo que va a costar. Hay un período en el que hay mucha incertidumbre, luego la obra depende del clima y de otros factores... es muy arriesgado y un proceso muy largo». Por eso ahora , explica, está tan vigente el tema de las viviendas modulares. «Te dan una certeza, un precio final al que se ajustan. Pero hay un problema, que es un modelo muy rígido, son unos diseños que están ya fijados desde un principio y que aterrizan en la parcela. Se pierde la tarea del arquitecto de diseñar algo adaptado al entorno». Lo que Proyectopía hace es ser flexible: le pregunta al cliente qué quiere y se adapta, tanto a él como al entorno. Para ello, utilizan un sistema modular que no es rígido: «No es como el de otras empresas, que utilizan células tridimensionales con las que van adosando piezas, nosotros tenemos algo así como un 'ladrillo tecnológico', unos paneles de aluminio que, al diseñarlos, ya lo que cuesta en cada momento y que nos proporcionan mucha libertad de forma. Podemos hacer cubiertas inclinadas, adaptarnos a la parcela, buscar la mejor orientación... Y de esa forma, también podemos hacer viviendas que consuman poca energía».

¿Y qué pinta la tecnología en todo esto? Indica Hermo que es la base de Proyectopía, un proyecto que precisamente se puso en marcha tras recibir una ayuda del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial. Nació de ahí su particular e innovador sistema constructivo modular, un procedimiento que fusiona tecnologías de última generación que permiten al estudio gallego diseñar y construir ligerísimos módulos, generar planos en entornos virtuales, hacer del montaje un proceso extremadamente sencillo y conseguir una vivienda lo más ecoeficiente posible, integrando, por ejemplo, entre las funciones de la fachada metálica la de colector solar. Hoy, gracias a otro empujón, esta vez de la Administración gallega, van un paso más allá: «Estamos trabajando en soluciones tecnológicas que faciliten la comunicación con clientes o socios que están lejos, sistemas que permitan experiencias virtuales, plataformas de venta interactiva... Apostamos por la inversión en herramientas que rompan la barrera de la distancia». ¿Su objetivo? La deslocalización del mercado, su nuevo reto. Ya han superado el del ámbito local, con edificaciones en Toledo, Valladolid y Palma. Y actualmente pilotan un atractivo proyecto de 3.000 metros cuadrados: la sede corporativa de una gran empresa con conciencia medioambiental. Porque Proyectopía no solo tiene clientes particulares. Trabaja también con empresas. Y lo hace de dos maneras: entregando el paquete llave en mano, con la vivienda ya construida, o solo el kit de montaje. «Los módulos se fabrican en taller. Son como un mueble de Ikea, preparamos componentes planos que no ocupan espacio, que se transporta de forma sencilla con unas instrucciones de montaje. Y un montador puede montarlo, de la misma manera que un carpintero monta una cocina, con más garantías que si lo tuviese que hacer artesanalmente. Y en menos tiempo».