«Me preocupa que la mujer se autoexcluya de la tecnología»

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña SANTIAGO / LA VOZ

MERCADOS

PACO RODRÍGUEZ

Se calcula que de aquí al 2020 harán falta ocho millones de especialistas en big data y nuevas tecnologías, pero solo tres de cada diez alumnos de las carreras científicas y tecnológicas son mujeres. Es algo que preocupa a Patricia Argerey como mujer y madre, pero también como responsable de la Axencia Galega de Innovación: «La mitad de la población no puede quedar al margen del futuro»

29 may 2018 . Actualizado a las 12:39 h.

Licenciada en Económicas por la Universidad CEU San Pablo, se doctoró posteriormente en la Complutense, y tras unos años reincorporada a la CEU, se volvió a Galicia para sumarse al gabinete del presidente de la Xunta y, posteriormente, como jefa de gabinete del conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde. Desde diciembre del 2016, Patricia Argerey (Lugo, 1977) está al frente de la Axencia Galega de Innovación.

-Como responsable de la GAIN y como mujer, ¿le preocupa que las mujeres se resistan a entrar en el mundo tecnológico?

-Me preocupa y mucho. Tengo un niño de 4 años y una niña de 2, y quizás antes no lo pensaba tanto, pero ahora sí, y me doy cuenta de que tiene mucho que ver con los estereotipos y los roles que durante miles de años imperaron en la sociedad. Es tan grave que hace un año Science publicó un artículo que decía que a partir de los 6 años, las niñas se creen menos brillantes que los niños, y está basado en estudios científicos. Y hay más datos, etiquetamos a las personas, y en la edad escolar, a las niñas que tienen esa inquietud científica se les tilda de raritas. Es verdad que las mujeres tenemos una visión más teórica de las cosas y que buscamos un beneficio social, pero habría que hacer hincapié en que las tecnologías también son imprescindibles para el bienestar de las personas. Con la búsqueda de ese pobre niño, Gabriel, vi una información en la que hacían un resumen de los dispositivos que se emplearon, como drones, por ejemplo, y pensé en lo importante que es la tecnología para mejorar la vida de las personas.

-¿Qué se puede hacer para cambiar esa tendencia?

-Tenemos que hacer un trabajo muy serio y de fondo. Precisamente me cité con dos chicas, promotoras de GalsTech, que tienen un proyecto muy interesante. Estuvieron fuera, volvieron a Galicia y han visto esto, y quise conocerlas para ver qué podemos hacer juntas. Ellas trabajan en ingeniería, ciencia, tecnología y matemáticas, lo que se conoce como carreras STEM. Y están yendo a los colegios para tratar de cambiar esta tendencia. Nosotros hemos hecho ya algunas cosas. La semana pasada el conselleiro tuvo una intervención en el Parlamento sobre mujer y ciencia y hemos destacado el dato de que en los últimos cuatro años, la participación de las mujeres en las actividades de la Axencia creció más de un 50 %. En programas de I+D, en igualdad de condiciones en el expediente, se le da prioridad a la mujer.

-Eso es discriminación positiva.

-Sí. Pero bueno, cuenta dentro de una valoración global. En el plan Conecta Peme, por ejemplo, valoramos aquellas empresas que tienen planes de igualdad. Creo que vamos en la buena dirección y que vamos a seguir en esa línea porque es importante.

-¿Corre el riesgo la mujer de quedar al margen de los trabajos del futuro?

-En 14 de las 17 comunidades autónomas, las mejores notas de selectividad, con diferencia, las tienen las chicas y sin embargo, ahora hablo de Galicia, en las carreras STEM, de cada diez alumnos, solo tres son mujeres. Hay que trabajar mucho con las niñas y me consta que se está haciendo desde Educación, y nosotros tenemos actividades como las Aulas Tecnópolis o Galiciencia que están dando muy buen resultado. Las nuevas tecnologías van a marcar el mercado de trabajo del futuro y me preocupa que la mujer se autoexcluya. Pero quiero ser optimista. Nosotros tenemos el premio Josefa Wonenburger, que reconoce la trayectoria de mujeres en la ciencia, y que ganó Begoña Vila, una gallega que trabaja para la NASA. Y están Mabel Loza, María José Alonso, África González, Elena Ojea... Algo está cambiando.

Patricia Argerey se maneja con soltura en un campo tradicionalmente reservado al hombre. | paco rodríguez

«Las grandes ideas no las tienen solo ingenieros, el perfil es cada vez más versátil y complejo»

El trabajo de la Axencia Galega de Innovación es amplio y el equipo que dirige Patricia Argerey está centrado en varios proyectos.

-¿Qué retos se plantean desde la GAIN?

-Hemos identificado varios, pero dos son fundamentales; por una parte, conectar conocimiento e industria. En Galicia tenemos un nivel extraordinario de ciencia y conocimiento pero nos cuesta mucho que ese conocimiento llegue al mercado y obtener retornos. La semana pasada visitaba el conselleiro, y yo le acompañé, la empresa HGBeyond, una spin off de la USC que ha diseñado unas lentillas que liberan un medicamento y que es un caso exitoso de conocimiento aplicado a un producto que acabará llegando al mercado. Y por otra parte, vamos a centrarnos en la innovación empresarial, que es la clave de la competitividad. La industria y el tejido empresarial de Galicia tienen que apostar todavía más por la innovación y para eso tenemos varios instrumentos, como un programa de apoyo al diseño, que es un factor importantísimo, y también proyectos para impulsar el emprendimiento. También hacemos una labor encaminada a conectar a todos los agentes para aprovechar mejor sus capacidades.

-¿Puede ser que todavía veamos al inventor como un personaje raro y extravagante?

-Es cierto que no tenemos cultura de emprendimiento y muchas veces la empresa hace innovación y no lo sabe. Las grandes ideas no las tienen solo ingenieros, el perfil es cada vez más versátil y complejo. Es importante identificar a esas personas que son más inquietas y que las hay en todas las organizaciones, encontrar el talento.

-¿Se les puede ayudar desde la Administración?

-Algunas cosas hacemos ya. Galicia es líder en la compra pública innovadora, que es un cambio de visión en la forma de contratar. En vez del pliego tradicional, yo me planteo una necesidad que tengo y le pido soluciones al mercado. Es una forma de mejorar los servicios públicos y de apoyar a las pymes que desarrollan productos innovadores. Las startups, pero también las empresas grandes, necesitan que un primer cliente confíe en su producto y quiera probarlo, y con ese sello de la Xunta van a obtener mercado.