Unas notas sobre la recuperación

Julio G. Sequeiros CATEDRÁTICO DE ESTRUCTURA ECONÓMICA DE LA UNIVERSIDADE DA CORUÑA

MERCADOS

Las economías española y gallega cerraron el 2017 creciendo prácticamente lo mismo: un 3,1 %. El comportamiento de ambas, no obstante, presenta algunas diferencias, muy vinculadas al comportamiento del mercado de trabajo y al empuje de un mercado interior que se ha reactivado con nuevos bríos a nivel nacional, y no tanto en territorio galaico

11 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A principios de este mes de marzo, tanto el INE español como el IGE gallego publicaron los datos provisionales sobre la evolución del PIB en el cuarto trimestre del 2017 y, en consecuencia, para el ejercicio del 2017 en su conjunto. En el comportamiento económico de estos dos espacios hay diferencias relevantes, tanto entre ellos mismos, como de cada uno en particular frente a su etapa inmediatamente anterior. Antes de entrar en este análisis, quisiera comentar algo. El 5 de mayo de 1850, el Sr. Martin Nadaud -de profesión albañil, masón y diputado en la Asamblea Nacional Francesa- finaliza su intervención parlamentaria con una frase que se ha hecho célebre: «Vous le savez, à Paris, lorsque le bâtiment (la construcción) va, tout profite de son activité». El concepto que encierra esta afirmación se ha sintetizado más tarde en la economía política como «quand le bâtiment va, tout va». Cuando la construcción crece, todo crece.

Esta anécdota viene a cuento de lo que está ocurriendo en la economía española. No es nada nuevo. El período de expansión que abarca desde 1993 al 2008 (quince años consecutivos de crecimiento por encima del 4 % anual) estuvieron alimentados por un desarrollo extraordinario del sector de la construcción que, como desgraciadamente sabemos todos, degeneró en una burbuja gigantesca y en la crisis más devastadora que ha soportado la economía española desde 1940. Pero, como ya nos advertía el Sr. Nadaud, el sector de la construcción vuelve a aparecer también en esta fase de recuperación de la crisis. No podía ser de otra forma.

El cuadro adjunto recoge la producción de España y Galicia en el 2016 y en el 2017, a precios del 2016. Como ahí figura, la economía gallega y la española crecieron prácticamente lo mismo, un 3,1 %. Pero esta similitud no nos debe ocultar diferencias importantes entre estas dos economías, diferencias que afectan tanto a la producción (su origen y su destino) como al empleo. Vayamos por partes.

En primer lugar, hay que señalar que el crecimiento español en el 2017 se origina, básicamente, en el mercado exterior, tal y como ha venido sucediendo en estos últimos ejercicios. Lo novedoso del 2017 es que el mercado interior español empieza a empujar con fuerza, sobre todo a través de una inversión que ha crecido un 5,5 %, mientras el consumo lo hace solamente un 2,2 %. El crecimiento de la inversión a ese ritmo es algo que no conocíamos desde principios de los 2000, y es una garantía de la creación de empleo en los próximos ejercicios. En este crecimiento de la inversión, el papel del sector de la construcción ha sido determinante, creciendo un 4,9 %, muy por encima de la media nacional.

Retardo apreciable

Galicia está saliendo de la crisis con un retardo muy apreciable frente a la economía española. La aportación de la demanda interna al crecimiento es mucho más reducida que en España y, por lo tanto, la aportación del sector exterior mucho mayor: sin el sector exterior, Galicia hubiera crecido un 1,8 y España un 2,9 %. Con el sector exterior, los dos espacios crecieron lo mismo: un 3,1 %. Esta dependencia del sector exterior no podemos verla como algo negativo, no tiene por qué serlo. Galicia es una economía muy pequeña (5,25 % del PIB español y 5,55 del empleo) y su apertura al exterior tiene que ser más intensa. De todas formas, llama la atención que, mientras el consumo crece en España al 2,2 %, lo haga en Galicia al 1,5. Y con la inversión lo mismo: un 5,5 % en España y un 3,2 en Galicia. Las diferencias son realmente notables.

La Contabilidad Nacional revela una situación un tanto peculiar. Mientras el empleo crece un 2,8 % (casi medio millón de ocupados más), el consumo lo hace al 2,2 y en Galicia todavía más claro: el empleo se eleva un 1,8 % y el consumo se queda en el 1,5. En primer lugar, hay que señalar que el consumo en España aún no recobró los niveles máximos de antes de la crisis (2007), cuando el crédito bancario financiaba una parte importante de las compras de las familias. Esos tiempos no volverán. En el 2017 las familias siguen adelante con el proceso de desendeudamiento, los salarios de esos nuevos empleos no son los de diez años antes y la presión fiscal tampoco. Al ritmo que vamos, recuperaremos el consumo del 2007 en el 2020, cuando ya tengamos 1,5 millones de ocupados más.

Otro elemento que revelan estos datos es la consolidación, en Galicia, de una agricultura europea y moderna. Con 70.000 ocupados en el sector, los agricultores gallegos (que no campesinos) alcanzan ya una productividad por puesto de trabajo que es ligeramente superior a la media de la agricultura española. Esta situación, que se viene observando desde hace ya algunos años, obliga a una relectura a fondo de la economía gallega, abandonando tópicos asilvestrados y prejuicios trasnochados. No solo se modernizó el sector de la confección. Lo hizo toda la economía en su conjunto.

En otro orden de cosas, señalar que más de la mitad del crecimiento español en el 2017 se originó en el sector servicios, básicamente comercio, transporte, hostelería y en servicios ligados a actividades inmobiliarias. Sin embargo, y a pesar de ser el sector más importante, la tasa de crecimiento del sector servicios (2,6) ha sido inferior a la del sector de la construcción (4,9) o a la del sector industrial (3,7). Esto también es nuevo frente a ejercicios anteriores. El sector de la construcción inicia otra vez su despegue, siendo la producción que más crece en el ejercicio. Este dinamismo del mercado interior es mucho más débil en Galicia: los servicios siguen acaparando un protagonismo muy semejante al que tenían en España hace algunos años, mientras la industria y la construcción aún no han recibido el impulso que ya se puede certificar en España.

Mercado laboral

Por último, señalar que la economía española generó en el 2017 casi medio millón de empleos nuevos, básicamente en el sector servicios. Ahora bien, como en los casos anteriores, el empleo crece más deprisa en la construcción o en la industria que en los servicios. De ese casi medio millón de empleos nuevos, solamente 18.000 se han creado en Galicia, un exiguo 3,6 %. A mi entender, el problema demográfico de Galicia es, básicamente, el problema que significa la débil creación de empleo de la economía gallega. Y desde hace ya décadas.

En definitiva y resumiendo, España sigue en la senda de la recuperación económica y, a estas alturas del proceso, el mercado interior también está empezando a recobrar su dinamismo, básicamente a través de la inversión y la pujanza de la construcción, las dos caras de una misma moneda. Buenos días, Sr. Nadaud.