«Me gustaría volver, pero lo veo tan complicado en estos momentos que ni me lo planteo»

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

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11 mar 2018 . Actualizado a las 04:45 h.

«Posibilidades de seguir trabajando en ciencia y progresando en mi carrera». Su deseo parece simple, ni grandes sueldos, ni grandes condiciones, solo futuro. Serían los requisitos de David Brea para regresar a España cuando está a punto de cumplir cinco años trabajando como investigador en la Universidad de Cornell, en Nueva York. «No se puede hacer ciencia pensando que en cualquier momento se elimina la financiación, cambia la situación política y tienes que cerrar el laboratorio y volver a emigrar».

Este investigador compostelano de la cosecha del 82 se fue a Estados Unidos porque era uno de los requisitos de su beca de investigación. Después la estancia se fue alargando. «Esta universidad está en el puesto 14 del mundo. El nivel es alto y competitivo y, sobre todo, atrae talento, a los mejores investigadores a nivel mundial. En el área en la que trabajo se concentran centros de la Universidad de Cornell, de Rockefeller y el Memorial Sloan Cancer Center. Por sus centros han pasado o trabajan varios ganadores de premios Nobel».

David investiga los mecanismos del sistema inmunológico relacionados con el infarto cerebral. El mismo campo en el que trabajó en su día en España. «Si tuviese que volver atrás, repetiría esta experiencia. Aprendo de referentes mundiales y he tenido la suerte de publicar a un nivel mayor que el que había conseguido en España».

Para él, dejar Galicia fue un requisito, pero desde luego el momento pudo haber marcado su experiencia. «En el 2014 la situación empezaba a verse difícil. Fue algo que tuve en cuenta a la hora de quedarme. Ahora, la falta de oportunidades impide el regreso», explica David Brea, uno de esos investigadores que defiende que «en todas partes se puede hacer buena ciencia. Por supuesto aquí se valora más, no hay más que ver los niveles de inversión que se hacen. Hay que seguir destacando la importancia de la ciencia. Lo que no invirtamos hoy, tendremos que pagarlo mañana. ¿Cómo? Comprando a terceros países la tecnología o los tratamientos que no hemos desarrollado».

La vida de David transcurre casi en el laboratorio. Ahora disfruta mucho más de Manhattan después del primer impacto que supuso el cambio de vida. «Fue complicado y lo sigue siendo. Todo es más caro y el nivel de vida es inferior al que podía disfrutar en Santiago». Galicia y la vuelta siguen en su mente. «Si dijese que no me gustaría volver no sería cierto, pero lo veo tan complicado en estos momentos que ni me lo planteo. Durante un tiempo viví haciendo ciencia en España. En los últimos años creo que la mayoría sobrevive, sin más».