Juan Fernández, gerente de Moovett: «Quería tomar mis decisiones, marcar mis retos»

Rosa Estévez
Rosa Estévez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

Santi M. Amil

El ourensano decidió emprender y puso en marcha un centro deportivo que se aleja del gimnasio típico

19 feb 2018 . Actualizado a las 19:03 h.

Tener la agenda llena de citas y de compromisos parece un daño colateral razonable para quien se decide a organizar unos campeonatos españoles de baile que suman más de tres mil inscritos y que mueven a unos seis mil aficionados. Y si a ese reto se le suma la organización paralela de un Congreso Internacional de Baile, todas las horas son pocas para resolver el sinfín de tareas pendientes. Pero ni siquiera ese tsunami de trabajo extra ha logrado desmotivar al ourensano Juan Manuel Fernández Nóvoa, que acaba de poner en marcha Moovett, un centro deportivo que se aleja de «un gimnasio típico». «Nosotros queremos mantener un vínculo muy estrecho con los alumnos, hacerles un seguimiento personalizado. En todas las clases hay un monitor asignado precisamente para eso, para hacer un seguimiento de las necesidades de cada uno, para saber por qué la gente deja de venir, para motivarla». Su escuela se ha centrado en dos disciplinas principales, el pilates y el baile deportivo, y de momento todo marcha sobre ruedas.

Juan Manuel siempre tuvo claro que quería centrar su vida profesional en este ámbito. También, que quería hacerlo a su manera, desarrollando sus propios proyectos, marcando sus propios retos. Y para eso necesitaba ser su propio jefe. Hizo un curso para jóvenes emprendedores que lo obligó a ir y venir de Vigo durante unos cuantos meses. Y cuando terminó con la formación, decidió llevar a la práctica el proyecto que había estado diseñando en papel. «Al principio cometes errores, claro», recuerda, echando la vista atrás. Porque solo se hace camino al andar, y en el camino del emprendedor sobran las piedras en las que tropezar. «Nuestro proyecto requería una inversión elevada. Si no llega a ser por el apoyo de nuestros padres [en este negocio se ha embarcado junto a su pareja], que nos fueron como aval, no habríamos logrado el dinero», recuerda quien fue reconocido en el 2017 como Joven Empresario del año en la provincia de Ourense. Ahora, cuando durante la noche la intensidad de los días no le deja dormir, y el optimismo se resiente, «me pregunto quién me habrá mandado meterme en esto. Yo antes trabajaba para otros y ganaba más dinero, sin más responsabilidades», señala. Y, aún así, no duda en que el camino elegido es el correcto.

«Antes trabajaba para otros y ganaba más; y me pregunto, ¿qué hago yo aquí?»