La presencia de mujeres en las carreras técnicas cae un 12 % en Galicia

Mila Méndez Otero
Mila Méndez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

Juan Salgado

Europa va a demandar cientos de miles de titulados para los empleos TIC; ante la creciente caída de alumnas, las profesionales del sector salen del anonimato para inspirar vocaciones

06 jun 2019 . Actualizado a las 20:00 h.

Las profesionales del mundo de las tecnologías y la comunicación han decidido tomar cartas en el asunto. Es cierto que siguen siendo un grupo reducido, pero ahora reclaman ser más visibles. Dar la cara, mostrar su trabajo, las posibilidades laborales que se les presentan. Todo lo que sea necesario para invertir una tendencia de la que alerta hasta la ODCE. Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, pero lo cierto es que las chicas que se animan a estudiar una carrera relacionada con las ciencias, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas están en número rojos. En Galicia, solo el 24,5 % del total de alumnos matriculados en titulaciones técnicas, las conocidas por el acrónimo Stem, son mujeres. Lo más preocupante para las profesionales actuales es que cuando ellas estudiaban esta proporción era mayor. En el curso 2005/2006, el 36,4 % eran chicas.

El estereotipo friki

Si se analiza el caso de titulaciones concretas como Ingeniería Informática, esta cifra aún es más dramática: solo un 12 %. «Cuando yo estudiaba éramos sobre un 25 % las chicas en clase», destaca Susana Ladra. Esta profesora de la facultad coruñesa es una de las impulsoras de la Asociación de Mulleres Investigadoras e Tecnólogas de Galicia. «Es necesario transmitir a la sociedad lo que hace un ingeniero informático. Yo siempre lo explico de una forma muy simple: entender los problemas de las personas y diseñar sistemas complejos capaces de solucionárselos. ¿Quién no querría dedicarse a ello? Y son necesarias muchas habilidades sociales, en contra del estereotipo friki que siempre nos persigue. Tenemos que ser capaces de hablar con gente muy diversa, entender sus necesidades y trabajar en equipo. Es una profesión fascinante, útil para la sociedad y protagonista en primera persona de todos los cambios que se avecinan», subraya la informática.

Publicitarse mejor. Ahí puede estar uno de los secretos. «Necesitamos series nas que os informáticos sexan guapos», dice con ironía, pero no del todo en broma, Nieves R. Brisaboa, doctora en Computación y psicóloga. Trabaja para el Cesga, el Centro de Supercomputación de Galicia. Está involucrada en iniciativas como ICT-Go-Girls!, destinada a los institutos. Un proyecto europeo que busca acercar las TIC a las más pequeñas. «A fase crítica comeza en realidade antes da secundaria. É a finais da primaria. As rapazas teñen unha predisposición a querer dedicarse a profesións nas que sintan que van aportar un beneficio á sociedade. Se sabemos isto, en vez de limitarnos a xogar con robots, podemos ensinarlles o que pode conseguir un brazo robótico. A aportación, non só a diversión do cacharriño».

El trabajo del futuro

En esta línea también trabaja Carmen F. Morante, decana de Ciencias da Educación en la USC. «Hay una visión social sobre esas profesiones que no ayuda: un sector muy cerrado en sí mismo, aislado, de poca dimensión social. Esto choca con lo que es la cultura y el perfil femenino, más práctico y volcado a la aportación de cosas». Por eso, defiende que hay que esforzarse en darle protagonismo a las mujeres que ya lideran o trabajan en proyectos de éxito. «Es el nicho laboral que será clave en el futuro. La UE lanzó una proyección social en la que habla de cientos de miles de puestos de trabajo en las telecomunicaciones. Se puede crear una brecha laboral inmensa. Las mujeres no van a estar ahí donde tienen más posibilidades de encontrar un trabajo».

¿Vocaciones de mujer?

La comunidad femenina gallega ha comenzado a tomar partido con grupos como GalsTech, del que forma parte la influencer de Google Ana Cidre. «Sabemos que existen muchas vocaciones entre esas niñas y queremos conseguir que las persigan. Lo veo cuando voy a los colegios. No podemos permitirnos el lujo de perder ese talento femenino», concluye la docente de la UDC Susana Ladra.