¿Qué hay detrás del coste del ladrillo?

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

Jose Manuel Casal

El coste medio de los materiales por metro cuadrado está entre los 600 y los 900 euros; lo que realmente provoca que se dispare el precio de un piso es el suelo sobre el que se construye

11 feb 2018 . Actualizado a las 04:58 h.

La terrible época de vacas flacas a la que nos condenó la burbuja inmobiliaria tras los años de vino y rosas parece empezar a quedar como simple referencia en las páginas de historia. Las cifras que manejan los entendidos en la materia apuntalan la creencia. Las curvas que muestran la situación del sector inmobiliario han comenzado a repuntar hacia arriba.

Según los datos publicados esta semana por el Consejo General del Notariado, la compraventa de vivienda aumentó un 4,5 % en diciembre del 2017 respecto al mismo mes del año 2016, hasta totalizar 48.956 transacciones. Y estos números tienen su consecuencia: el principio más básico de la ley de la oferta y la demanda. Al mismo ritmo que crecen las transacciones lo hace el esfuerzo económico que los ciudadanos deben afrontar para hacerse con una vivienda. El precio del metro cuadrado ha aumentado en el último año un 1,8 %, fijando el coste medio del metro cuadrado de las viviendas en unos 1.383 euros. Y la cosa no se quedará ahí, porque en el horizonte se dibujan todavía nuevos ascensos.

Los precios que se encuentran detrás del ladrillo han sido siempre un auténtico misterio para una parte importante de la población. ¿Cuánto cuesta en realidad construir una vivienda media de 90 metros cuadrados? ¿Por qué un piso de las mismas calidades cuesta el doble en Madrid que en cualquier ciudad gallega?

Si centramos la calculadora tan solo en los materiales, el coste de construcción de un piso de 90 metros cuadrados (considerado como el prototipo medio de vivienda en España) se reduce considerablemente en comparación con la factura final a la que tiene que hacer frente el inversor. Los expertos calculan que con 600 euros el metro cuadrado se puede tener un hogar con calidades medias, y con unos 900 euros por cada metro un piso ya con acabados de bastante calidad. Nos movemos entonces en una horquilla de entre 54.000 euros y 81.000 euros. Entonces, ¿de dónde sale el dinero que falta hasta las seis cifras que exige el mercado por convertirse en propietario?

«El suelo sobre el que se erige un edificio es, sin duda, una de las partidas que más dispara los precios finales de una vivienda», resume Alberto de Paula, presidente de la delegación de Ourense del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG). Este experto asegura que, en contra de lo que mucha gente piensa, quien se lleva gran parte del pato no es el promotor, sino el dueño del terreno sobre el que se construyen las viviendas. En las ciudades con menos posibilidades en su territorio o con una gran demanda inmobiliaria, el precio de invertir en el sector del ladrillo se dispara de manera considerable. Muchos piensan, de manera errónea, que una vez comprado el solar lo más rentable para las promotoras es tirar la construcción hacia arriba y sacar el mayor número de viviendas para sumar un beneficio más abultado. «No se pueden construir todos los pisos que uno quiera porque hay unas normas urbanísticas. Además, cuantos más pisos permita un suelo construir mucho mayor será su coste para el comprador. Al final todos los detalles suman».

Suelo y materiales no son las únicas partidas que debemos tener en cuenta. La larga lista de impuestos a los que debe hacer frente un constructor se lleva una interesante parte del presupuesto de construcción y, por tanto, también suman en la factura final. Y tampoco son nada desdeñables las partidas técnicas, entre las que destacan los proyectos de arquitectos o aparejadores o estudios como el geotécnico.

ciudades para habitantes

El presidente de la delegación de Ourense del COAG explica que uno de los problemas de las ciudades reside en que históricamente han sido «hechas» por los que las venden, es decir, los propietarios del suelo, «cuando tendríamos que hacerlas los que vivimos en ellas».

La compraventa de vivienda ha crecido un 4,5 %, mientras que el precio del metro cuadrado aumentó un 1,8 %

ILUSTRACIÓN: MARÍA PEDREDA