Un buzón que revolucionará la forma de recibir paquetes

MERCADOS

Oscar Vazquez

Tres vigueses inventan unas cajas inteligentes que permiten la recepción de bultos sin que haya nadie en casa. Se calcula que las empresas de logística pierden 30 millones al año a causa de las entregas fallidas

29 ene 2018 . Actualizado a las 19:09 h.

Son los buzones del futuro. Los casilleros más tradicionales darán paso en los próximos años a otras opciones que ampliarán considerablemente las posibilidades de recepción de correo. Y viendo el cambio que está experimentando la forma de consumo de los ciudadanos, la mutación es todo un acierto. En una sociedad cada vez más habituada a realizar sus compras a través de Internet y a recibir los bienes y servicios en cajas de cartón a la puerta de casa, tres gallegos decidieron poner solución a uno de los problemas que más protagonismo empieza a cobrar: el de la recepción fallida de paquetes.

Andrés Bustelo, Toño Fraga y Javier Nogueira son los responsables de Send2Me, un buzón revolucionario que puede cambiar por completo la industria de la logística de paquetería. Su prototipo de buzón inteligente permite recibir pedidos sin necesidad de estar en casa. Send2Me funciona a través de un sistema de claves de un solo uso que se gestionan a través de una aplicación para el móvil. Una vez realizado el pedido, el usuario tiene que introducir el código personal que tiene su buzón junto con su nombre en el formulario de envío que encontramos de manera habitual en las páginas web. La tecnología de estos tres gallegos genera en ese momento una clave de un solo uso que el mensajero debe introducir en el buzón para que la compuerta se abra. Una vez depositada la mercancía y cerrada la puerta del casillero inteligente, se genera una firma electrónica y un aviso en el móvil del cliente.

Toda esta sencilla tecnología lo que supone es en realidad la inmensa comodidad de no tener que estar en casa para recibir un pedido. «¿Cuánto vale hoy en día una hora de nuestro tiempo? Si cada vez que nos llega un paquete y no estamos en casa tenemos que desplazarnos hasta la central de la logística a buscarlo, estás perdiendo dinero por el desplazamiento, pero sobre todo estás perdiendo tiempo, y hoy en día es oro», resume Toño Fraga, uno de los artífices de un invento que está empezando a instalar proyectos piloto en algunos hogares para probar sus resultados y demostrar la viabilidad de un producto que podría revolucionar todo el sistema. Porque Send2Me no solo ofrece solución para la recepción de pedidos, sino también para la devolución de productos que ya no queremos. El proceso funciona de igual manera, pero a la inversa. La app genera un código único de recepción para que el mensajero recoja el pedido aunque el cliente no se encuentre en casa.

Pero Send2Me no es solo una solución para los consumidores. Las empresas logísticas también pueden sacar mucho partido de estos casilleros. «Las entregas fallidas suponen una pérdida aproximada de 30 millones de euros al año para las empresas logísticas. Entre un 20 y un 25 % de lo que lleva un repartidor en el camión de reparto vuelve al centro logístico. Por lo que este tipo de soluciones también pueden ahorrar mucho dinero a las compañías encargadas de repartir los paquetes», explica Andrés Bustelo.

Menos de 150 euros

El buzón tradicional, que lleva ya instalado en nuestra rutina más de cincuenta años, cada vez responde menos a nuestras necesidades. Y la solución planteada por muchas empresas de sustituir a los repartidores por drones tampoco da solución al problema de las entregas fallidas. Soluciones como la de Send2Me pueden ser una fórmula sencilla y eficaz a un problema cada vez más habitual. Y lo que es más interesante, no es demasiado costosa. «Durante los primeros años de implantación siempre es igual. Los móviles o las televisiones al principio eran muy caros y luego su precio fue democratizándose. Con estos buzones pasará lo mismo. Ahora mismo tenemos estimado que su precio es de 180 euros, pero cuando hagamos tiradas mayores irá bajando y en cuatro o cinco años es posible que cueste unos 60 euros», asegura Bustelo, que abre la puerta a que en un futuro, cuando las logísticas se den cuenta del ahorro que les puede suponer este tipo de soluciones, sean estas compañías las que financien parte de la instalación de estos lockers.

Bustelo, Nogueira y Fraga han cuidado hasta el último detalle de sus buzones y tienen solución hasta para preocupaciones como el mantenimiento energético de estos aparatos. Los casilleros son energéticamente independientes. Funcionan con baterías de larga duración que cubren las entregas de entre seis meses y un año utilizándolo de forma normal.

Su idea, por ahora, está dirigida a los clientes que habitan en viviendas unifamiliares, pero las posibilidades que tienen son inmensas. Estos tres emprendedores no descartan extender su idea, probarla en pisos o incluso adaptarla a otras necesidades de los clientes. El futuro solo apunta hacia arriba.