«El líder ha de tener cercanía, credibilidad y fiabilidad»

M. Blanco / M. Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

SANDRA ALONSO

24 dic 2017 . Actualizado a las 04:45 h.

Moncho Fernández (Santiago, 1969) es uno de los líderes del momento en Galicia. El equipo al que entrena desde hace ocho temporadas, el Obradoiro, se ha convertido este año en la revelación de la Liga Endesa, pero tras este éxito se esconde un trabajo larvado durante mucho tiempo para edificar una identidad propia, un pequeño milagro habida cuenta de que cada verano le cambian como mínimo al 70 % de los profesionales con los que trabaja. El Obra es hoy, en el básket español, sinónimo de valores como esfuerzo, compromiso y respuesta colectiva, un cóctel que sintetiza en buena medida la filosofía que propugna el técnico compostelano. A la hora de dirigir personas, un campo que lo apasiona y en el que ha profundizado, admite, Fernández se detiene en la ecuación enunciada por el consejero americano Charles Green. Este propugna cuatro cualidades para alumbrar un líder confiable: credibilidad, fiabilidad, cercanía e interés exclusivo.

«El buen líder -explica el entrenador del Obra- ha de tener credibilidad, esto es, capacidad real para desarrollar su trabajo. También fiabilidad; no mentir a aquellos que diriges, en definitiva, que seas consecuente con tus palabras. El otro aspecto del numerador es la cercanía. Yo creo que además de aleros, pívots o bases, entreno a personas con orígenes muy diversos. Aquel que está al mando tiene que estar cerca de ellas más allá del trabajo propiamente dicho, preocuparse por ellas. Y la última es interés exclusivo, y yo añado propio, porque creo que es tarea del líder que tus acciones vayan encaminadas al bien común. En esta ecuación he encontrado el estilo de liderazgo con el que me identifico», detalla.

Moncho Fernández sostiene que es preciso matizar el concepto de ego que tiene el imaginario colectivo -«el ego nos ayuda a formarnos más para poder dirigir, para estar más arriba; necesitas quererte un poco», matiza-, y pone especial énfasis en cuestiones como delegar, ya sea en el deporte o en una empresa. «Mi estilo de liderazgo se basa en confiar en las personas con las que trabajo». Profesionales a los que, advierte, no basta solo con compensar con un buen salario, extremo este en el que introduce una variable como la capacidad de disfrutar del camino compartido. «Creo que no solo es dinero. Es muy importante, pero esto ya viene de serie. A lo largo de estos años me he dado cuenta de que los miembros de mi cuerpo técnico ponen en valor otras cosas: para uno es fundamental recoger a su hija en el colegio, para otro ayudar a su madre, para otro formarse... Esta gente, después, va a hacer todos los esfuerzos necesarios cuando surge algo que hay que hacer para ya mismo, algo muy habitual en el deporte o en la empresa. Lo repito mucho: disfrutar del camino. La gente, motivada, te lo devuelve todo», arguye.

Delegar, en todo caso, no supone eludir responsabilidades. Muy al contrario, el técnico compostelano insiste en que el líder «ha de dar ejemplo» y asumir su papel cuando procede. Para eso, advierte, es vital que todo el mundo en la organización tenga muy claro el objetivo, que «tiene que ser público», y que además se debe poner en valor. Este fin colectivo, no obstante, ha de ser compatible con los objetivos individuales de las personas, porque porque de esa fusión aflora una vía para el crecimiento.

El perfil de líder, en palabras de Moncho, cristaliza en la siguiente definición: «Es una persona creíble, preparada, que cumple lo que dice, que se preocupa de los que están a su alrededor, que mira por su interés y el de los demás y confía en aquellos que trabajan a su alrededor».

El técnico insiste en que es preciso confiar en quienes te rodean, así como en dejar claro cuál es el objetivo común