Y aunque la startup nació orientada a las empresas, de nuevo la identificación de una necesidad le hizo virar el rumbo, enfocarlo. «Ya en marcha, parte de nuestros desarrolladores, que eran padres, sugirieron que nos centrásemos en educación -recuerda Justo-. Los centros y los profesores tenían un problema grande a la hora de comunicarse con los padres e incluso con los alumnos; recurrían a notas de papel, páginas web, Intranet... soluciones poco eficaces y obsoletas». En la mayoría de los casos, el mensaje no llegaba a tiempo, no llegaba bien o, directamente, no llegaba. . De aquí nació TokApp School, hoy su niña bonita. Ahora, son ya los propios centros, las propias asociaciones y administraciones las que reclaman su servicio. Y no solo eso, también las que exigen nuevas funcionalidades, las que le marcan el paso. Sus últimos proyectos lo demuestran: una pasarela de pago -sugerencia de las anpas catalanas para que sus socios puedan hacer transferencias desde la propia herramienta- y el desarrollo de aplicaciones personalizadas que, con la base de TokApp, incorporan funcionalidades a demanda. Ya han hecho cinco.
Para todas las cosas para las que no valen las redes
Hace un año y medio, el alcalde de Ponte Caldelas levantó el teléfono y marcó el número de Edelmiro y Javier. Atento a los cuatro colegios del concello pontevedrés que ya utilizaban TokApp School para comunicarse con padres y alumnos, Andrés Díaz quería implementar también en su gestión municipal la herramienta de la firma viguesa. Y eso que no las tenía todas consigo: «Pensamos que iba a tener menos aceptación de la que tuvo finalmente -reconoce el regidor- porque hay que bajarse la aplicación, instalarla en el móvil... y aquí hay mucha gente mayor». Pero los mayores se adaptaron pronto. «Nos preguntan, nos piden que se la descarguemos, que les enseñemos cómo funciona». Hoy, sus avisos, sus informaciones sobre actividades, incidencias o servicios llegan a 3.000 vecinos. Especialmente útil resultó este otoño, cuando el fuego se ensañó con el sur de Galicia. «En Ponte Caldelas había una alarma social muy grande porque una persona estaba con una moto prendiendo focos -relata Edelmiro Justo-. El alcalde desde su propia casa envió un comunicado oficial a todos los vecinos a través de aplicación, haciendo un llamamiento a la calma e informando de la situación».