Reconocimiento facial contra el delito

Sara R. Estella PEKÍN / LA VOZ

MERCADOS

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Cincuenta ciudades chinas prueban un revolucionario sistema que permite identificar a los sospechosos en cuestión de segundos; la tecnología contrasta miles de imágenes con archivos policiales

24 sep 2017 . Actualizado a las 04:57 h.

Fu, varón, 28 años, pasea junto a su mujer por una calle en la ciudad china de Hangzhou cuando una cámara de seguridad lo identifica, manda una alerta a la policía y en seis minutos es detenido. El joven había participado en una pelea dos años antes y desde entonces estaba en busca y captura. Un sistema revolucionario de reconocimiento facial ha permitido que las autoridades chinas den caza a sesenta sospechosos en un mes y el objetivo es aplicarlo para detectar a posibles criminales e impedir que cometan delitos.

Detrás de ese innovador software están tres emprendedores que en el 2014 crearon Face++, una empresa que empezó con 30 empleados y que hoy cuenta con más de 500. Su cuartel general, situado a las afueras de Pekín, sorprende nada más pisarlo. Los empleados no necesitan tarjetas para entrar o salir, una cámara escanea su cara y les abre la puerta al tiempo que registra la hora de llegada. En el vestíbulo, una futurista habitación llena de pantallas gigantes con luces azuladas da al visitante la impresión de haber viajado al futuro.

En cada pantalla se puede observar la vida en directo en diferentes localizaciones, como una salida del metro o el acceso de los empleados a la empresa. Sobre cada cara surge un cuadrado de bordes blancos en el que en pocos segundos vemos el nombre y la edad de cada viandante. «En cada cara identificamos 50.000 puntos diferentes en las facciones y en los rasgos para poder crear un código específico que identifique a esa persona sin margen de error», explica Xie Yinan, CEO de Face++, a La Voz.

El software que utilizan se llama Megvii y procesa imágenes que captan las cámaras de seguridad a la vez que las compara con los datos de las fichas policiales en tiempo récord. «Utilizamos las cámaras de vigilancia públicas y con nuestro software, la policía puede rastrear y detener a los criminales en cuestión de segundos con un margen de error del 0,01 %», asegura.

Este mismo sistema se está probando ya en 50 ciudades chinas para detectar a futuros criminales. Con las cámaras y los sistemas de GPS instalados, hacen un seguimiento de cada ciudadano y cuando hay una conducta sospechosa, la policía intensifica el seguimiento y puede incluso intervenir aunque no haya cometido ningún delito. Aunque las leyes chinas no permiten acusar a alguien de un delito que aún no ha cometido, los sospechosos pueden ser acusados de crímenes en grado de tentativa.

Esta tecnología, aún en pruebas, ha despertado el debate acerca del riesgo que supone para la privacidad en un país donde las autoridades tienen una larga experiencia en el control de los ciudadanos, ya sean verdaderos sospechosos o disidentes. «Este sistema está bien si solamente se utiliza para detener a los delincuentes, pero la verdad es que nos están controlando a todos, monitorizan nuestros hábitos y eso me preocupa», cuenta a este periódico un joven pekinés que prefiere mantener su anonimato.

En China hay más de 176 millones de cámaras de seguridad y se espera llegar a los 450 millones en el 2020. Una cifra que contrasta con los 50 millones de cámaras de este tipo que hay en todo Estados Unidos. Un entramado tecnológico equiparable a un Gran Hermano gigante en el que no es difícil imaginar escenas como las de Tom Cruise en Minority Report, un futuro de película que ya es presente en China.