Energía limpia para iluminar un paraíso

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

MERCADOS

C

La isla de Ons salva su aislamiento energético con placas solares y un generador que rebaja humos y ruidos; la maquinaria, de diseño y factura coruñesa, aprovecha sus gases de escape para calentar el agua para el cámping

03 sep 2017 . Actualizado a las 05:01 h.

Aislados energéticamente. Así son los paraísos, esas islas a cubierto de un desarrollo desalmado, reservas de lo salvaje y donde todavía es posible respirar cierta inmaculada naturaleza. Eso sí, con las incomodidades de un territorio cuasi virgen en avances de la civilización. Parajes como la illa de Ons han tratado de no perder la esencia pero sí renunciar a los inconvenientes y, si hace un año inauguraba el primer cámping autosostenible de Galicia, desde hace un par de meses cuenta con energía aún más verde para el que, dicen, es el mejor mirador de estrellas de Galicia.

«Nos llamaron del cámping», explica José Manuel Fernández, director comercial de Genesal Energy, para señalar el interés de Chan da Pólvora por dotar a sus instalaciones, que se abrieron con placas solares, de un sistema de recuperación de agua de la lluvia y diferentes elementos de respeto medioambiental, de mejoras energéticas y, al tiempo, más ecológicas.

«La isla no está electrificada», explica, y a pesar de los paneles, las horas de luz solar no eran suficientes para cubrir las necesidades de un recinto de 8.000 metros cuadrados con capacidad para un máximo de 276 personas. «Hay que funcionar con generadores», señalan desde la firma radicada en Bergondo y que, junto con la ingeniería coruñesa Magaral, se encargó de diseñar y fabricar un equipo ad hoc, respetuoso con el medio ambiente y capaz de eliminar los humos y ruidos del hasta entonces existente.

«Era necesario garantizar el suministro de energía las 24 horas y hacerlo de manera sostenible», recalca Fernández sin olvidar que, en el protegido parque das Illas Atlánticas «no era lógico que cada vez que entraba a funcionar el generador chino que tenían, la humareda invadiese el cámping».

El proyecto se inició, por tanto, con la premisa de reducir los gases contaminantes como punto prioritario. «Se eligió un motor que cumple la normativa al nivel más exigente, que no es lo habitual, precisamente por tratarse de un espacio natural», apunta. Se prestó atención también a intentar reducir otro tipo de contaminación: la acústica. Por las personas, y por las aves, uno de los valores que hacen de Ons un paraje único.

Para ello se diseñó un silenciador que atenúa los ruidos y rebaja en hasta 40 decibelios el nivel de emisiones sonoras, tan molestas para la noche de los campistas, y se creó también una especie de cabina insonorizada para instalar el grupo electrógeno de Genesal.

En los tres meses de trabajo, los técnicos fueron aportando más valores añadidos para los habitantes vacacionales de Ons. «Ya trabajaban con placas solares para dar electricidad al cámping y para calentar el agua, pero como el sol en Galicia es un bien preciado, necesitaban más», cuenta el director, de modo que se pensó en buscar la forma de aprovechar «nuestro nuevo generador para calentar el agua también».

Se decidió entonces montar un sistema interconectado con la caldera para aprovechar los gases de escape. «Salen casi a 500 grados, se pasan por un serpentín en contacto con el agua, la calienta, va a los tanques y se usa para las duchas, los baños...», explica. De parecida forma, otra fórmula técnica de aprovechamiento se vinculó al refrigerador del motor. «Así, hay dos posibilidades más para obtener agua caliente». El resultado, resume Fernández, es que «tenemos garantizada electricidad cuando no hay, y agua caliente evitando emisiones de gases, humos negros, y ruidos».

«Es una máquina exclusiva, a la medida, única», insiste el responsable de Genesal. De unos 30.000 euros de coste, el generador ecológico exigió trabajo de diseño, fabricación de piezas, ensamblaje y pruebas en fábrica antes de su instalación en destino. Con 1.200 kilos de peso, la luz llegó a Ons, claro está, en barco.

El generador «ecológico» se diseñó y fabricó a petición del cámping de Chan da Pólvora, el primero autosostenible de Galicia.