Jeff Bezos, el tendero del mundo

Merce Mora

MERCADOS

Abraldes

De perfil: el fundador de Amazon

02 feb 2021 . Actualizado a las 22:43 h.

Atesora la tercera fortuna más abultada del planeta. Por detrás de Gates y Ortega. Pero es solo cuestión de tiempo que acabe siendo el primero. O eso al menos es lo que vaticinan algunos analistas. Porque a su negocio, dicen, no se le adivina el techo. Su participación en Amazon, el gigante del comercio electrónico que alumbró en 1994 en un garaje de Seattle -hay que ver cuánto talento se amontonaba en esos años en las cocheras-, ha elevado la cuenta corriente de Jeff Bezos (Albuquerque, Nuevo México, 1964) hasta los 81.000 millones de dólares, por los 87.400 de Gates y los 82.300 del fundador de Inditex.

Cuando Bezos -apellido que tomó del segundo marido de su madre (nació como Jeffrey Preston Torgensen)- puso a funcionar aquella pequeña librería online, Cadabra.com -el germen de lo que hoy es el gigante Amazon- ya estaba curtido en mil batallas en el terreno laboral. En el financiero, para ser más exactos.

 Tras estudiar ingeniería eléctrica en la prestigiosa Universidad de Princeton, el joven Bezos aterrizó en Wall Street. Trabajando para la firma de inversión D.E. Shaw. Y su ascenso fue fulgurante. Pero no es Bezos de los que se apoltronan. El suyo es más bien un culo inquieto. Por eso no le importó dejar aquel puesto tan bien remunerado para embarcarse en la aventura que lo ha llevado hasta donde está, deslumbrado por un futuro que adivinaba brillante: el de las empresas de Internet. Cuando solo unos pocos tenían claro que aquello iba a revolucionar el mundo. Y de qué manera. Se lanzó a la piscina de las nuevas tecnologías con un capital de 300.000 dólares. Y pronto, muy pronto, la arriesgada apuesta comenzó a dar frutos. No habían pasado ni dos meses y ya vendían 20.000 dólares a la semana.

Con el crecimiento, llegó la diversificación del negocio. Y, además de libros, la empresa, rebautizada ya como Amazon -en honor al río Amazonas- , empezó a vender de todo.

En 1997, en pleno apogeo, llegó la salida a Bolsa. Esa que tantos réditos le ha proporcionado a su fundador. Hoy la compañía vale más de 450.000 millones de dólares y el año pasado ganó casi 2.400 millones. Algo que seguro que Bezos no se atrevió ni siquiera a soñar en aquellos comienzos en el garaje.

Está claro que su forma de gestionar es todo un éxito. Pero sus maneras al mando, no tanto. Distan mucho de lo agradable. Tanto es así que hace algunos años se ganó el título de peor jefe del mundo. Se lo otorgó la Confederación Internacional de Sindicatos. Y Bezos, se encogió de hombros. «Es más fácil ser amable que ser inteligente. La inteligencia es un don, la amabilidad es una elección», dijo el empresario. ¿Eres un vago, o solo un incompetente? Es una de las frases que suele soltarles a sus empleados. O eso dice la leyenda.

Con todo, y años después de aquella idea de la librería online, a Bezos le sigue atrayendo lo nuevo. De ahí su empeño por enviar turistas al espacio. Y lo que precisa renovación, ¿Por qué si no se ha comprado el Washington Post en plena era digital?

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