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Anzuelos que pescan en todos los mares

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

La fábrica de Ribeira es la única de España que produce estos elementos de pesca; el grupo se fundó en el año 1974 y en la actualidad exporta a los cinco continentes

12 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de medio millar de anzuelos salen cada día de la factoría que A Poutada posee en Ribeira para ser utilizados en la pesca del palangre por barcos que faenan en los cinco continentes. Puede decirse que no hay caladero en el mundo al que no lleguen estos pequeños arpones que minuciosamente se elaboran en la empresa fundada por Ricardo Pérez Queiruga en 1974, la única dedicada en España a la fabricación de anzuelos y una de las pocas que hay en Europa. Cuatro décadas después de que este hombre pionero iniciase la singladura con la apertura de una tienda de efectos navales en el bajo de la casa familiar, A Poutada, dirigida por sus hijos, es un grupo de empresas diversificado con un referente común: el mar.

A la fabricación de anzuelos, que continúa siendo el buque insignia, se han sumado nuevos desafíos industriales. Para completar el círculo de la pesca con palangre, la firma forma parte del accionariado de una compañía, Fripalsa, dedicada a la producción y congelación de diversas especies, como sardinas, caballas o jureles, que sirven para la elaboración de carnada.

Flotadores para atuneros

Al mismo tiempo, en colaboración con una compañía noruega, elabora flotadores para buques atuneros, al tiempo que realiza envases en poliestireno expandido, utilizados para guardar el pescado para ser distribuido. Y como el mar no es solo pesca, sino también ocio, el grupo no dudó en apostar, en este caso a nivel de comercialización, por la náutica deportiva. En este último campo las cosas no le han ido demasiado bien a la compañía, ya que con la recesión se redujo drásticamente la venta de embarcaciones. Pero en A Poutada no se rinden y aguardan a que amaine la tempestad económica para volver a surcar las aguas de los principales salones náuticos con las novedades del astillero Pacific Craft.

Todo empezó con los efectos navales y los anzuelos y, precisamente, estos son los que han dado a A Poutada una dimensión internacional que, como explica el administrador del grupo, Francisco Pérez, corrió pareja a la de una compañía pesquera puntera, Pescanova. La firma comenzó a utilizar sus anzuelos, que rápidamente se ganaron el mercado por su versatilidad y por su resistencia.

Capaz de adaptarse a las necesidades de sus clientes, en las instalaciones de A Poutada se fabrican más de 120 tipos de anzuelos de todo tipo de tamaños y modelos, un proceso en el que se invierten doce horas. Los más pequeños y finos son para especies pequeñas, merluzas de poco más de un kilogramo, los de mayor tamaño, para ejemplares de gran porte, como pez espada, marrajo o atún.

Una veintena de personas trabajan en una factoría en la que las máquinas que hacen las piezas y los hornos que les dan la resistencia justa no paran de lunes a viernes.

Hasta piezas para un mago

La fama de A Poutada ha trascendido el ámbito pesquero y recientemente, un mago catalán solicitó a la empresa la realización de unos anzuelos especiales, planos y de punta roma, para uno de sus espectáculos.

Desde su nacimiento, la empresa es un ejemplo de progresión que tiene sus raíces en su propio fundador porque Ricardo Pérez Queiruga no solo ha dejado su impronta como emprendedor. Este hombre, que el viernes cumplió 88 años, ha desarrollado su actividad en muy diversos ámbitos. Maestro de profesión, fue alcalde de Ribeira, primero en la dictadura y luego en 1987. Dos años después se convirtió en senador y también tuvo tiempo para estar al frente de la Dirección Xeral de Pesca y, previamente, para ser patrón mayor de Aguiño. Un hombre incombustible que, a los 75 años, se licenció en Ciencias Políticas por la universidad a distancia.