Explica además que, de los residuos con los que trabajan, extraen también bacteriocinas, biocidas y biosurfactantes. «Los biocidas son productos naturales que sirven para evitar las plagas en los campos de castañas, mientras que las bacteriocinas se pueden usar como conservante para el procesado de este producto», asegura el experto. En lo que respecta a los biosurfactantes, se pueden reutilizar para mejorar la fabricación de los propios tableros. «La idea es probar los cuatro productos en diferentes usos, de ahí que participen seis empresas, porque cada una tiene interés en alguno de ellos», advierte Prego.
Así, cada participante tiene una labor fundamental en el desarrollo del proyecto. Soutos Sativa, una firma lucense de castañas, quiere conseguir biocidas y bacteriocinas de los restos del producto que trabaja, mientras que Renga Enerxía, de la localidad ourensana de Allariz, se encarga de valorizar el producto final para producir compost o energía eléctrica. Betanzos HB, por su parte, se encarga de fabricar los tableros de madera y extrae el coproducto que procede del eucalipto, cuyas potencialidades se están analizando.