Las siete claves que marcarán (para bien o para mal) este 2017

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

La llegada de Trump a la Casa Blanca, el repunte del precio del petróleo y la inestabilidad política en Europa serán algunos de los factores decisivos para la economía

08 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Echen la vista atrás doce meses. A la primera semana del 2016. El barril de Brent rondaba los 30 dólares, Europa ultimaba su plan de contingencia para ayudar a David Cameron a ganar el referendo del brexit y, antes de que las primarias los confirmasen como candidatos, Hillary Clinton tenía una cómoda ventaja de casi cinco puntos en las encuestas que medían su popularidad frente a Donald Trump. Pero todo salió al revés de lo esperado. Los británicos certificaron su salida del club comunitario (y dejaron en el aire su pertenencia al mercado común), los estadounidenses optaron por un magnate sin experiencia política previa como nuevo inquilino de la Casa Blanca y la decisión de la OPEP de restringir la producción de crudo ha disparado en solo un mes la cotización del petróleo, tras un año en mínimos. La economía ha pasado el año de sobresalto en sobresalto, pero los mercados han conseguido sobreponerse a cada apocalipsis sin demasiados rasguños. La capacidad de los inversores para adaptarse a entornos cambiantes será puesta a prueba de nuevo este año, que tampoco estará exento de obstáculos. Estos son los elementos clave que marcarán la evolución de la economía durante los próximos meses.

1Trump, ¿riesgo u oportunidad? Aún quedan doce días para que el próximo presidente estadounidense tome posesión del cargo a los pies del Capitolio, pero el empresario ha conseguido empezar a imponer sus políticas proteccionistas a golpe de tuit. Esta misma semana, después de que Trump amenazase a General Motors con más aranceles si seguía fabricando en México, otro gigante americano de la automoción, Ford, anunciaba su intención de cancelar la inversión prevista en una fábrica en el país azteca para ampliar su centro de producción en Míchigan. «Esto es solo el principio, habrá mucho más», saludaba el presidente electo desde Twitter.

Pero aparte de la política de gestos y frases, las intenciones legislativas del magnate siguen siendo una incógnita, aunque los analistas ya asumen que, con más o menos moderación, sí cumplirá parte de su programa, ayudado por la mayoría republicana en ambas cámaras. Pero hay quien defiende las bondades de las políticas proteccionistas, como la gestora americana Legg Mason, que en su informe de perspectivas para el próximo año, titulado ¿Qué podría salir bien en el 2017?, defiende que «se habla mucho del lado negativo de las políticas populistas, y pocos tienen en cuenta su ventajas; lo que se desprende es la necesidad de los gobiernos de aumentar el gasto e invertir de forma directa en sus mercados locales».

Si no lleva las cosas al extremo, una política fiscal expansiva y el anunciado plan de inversión en infraestructuras podrían suponer un estímulo para el crecimiento en Estados Unidos, aunque los riesgos siguen latentes. Lo han vuelto a poner de manifiesto las actas de la última reunión de la Reserva Federal, donde la corriente de opinión mayoritaria es que las grandes medidas del nuevo presidente pueden disparar la inflación, lo que podría derivar en un choque institucional entre una Casa Blanca que buscará incentivar el crecimiento y un banco central encargado de evitar que la economía se sobrecaliente.

2Moderación en las políticas monetarias. La «nube de incertidumbre» en la que según la presidenta de la Fed, Janet Yellen, se mueve el organismo tras la victoria de Trump también podría acelerar las subidas de tipos en Estados Unidos, que ya se elevaron un cuarto de punto en diciembre. Las actas del banco central apuntan a que sus miembros apuestan por una estrategia más agresiva para contrarrestar la política fiscal expansiva anunciada por Trump. Pero no es solo Estados Unidos. En Europa, Draghi ha anunciado una prórroga de tres meses del plan de compra de deuda, aunque recortando su cuantía. Aunque negó que el tapering (reducción de los estímulos) esté sobre la mesa, los mercados empiezan a oler un cambio de rumbo, que se podría acelerar si la inflación acelera con las subidas del petróleo y se acerca a las tasas del 2 % que el BCE tiene como objetivo.

Tanto el auge del proteccionismo como el endurecimiento de la política monetaria podrían impactar en los países emergentes. Hasta ahora, estos mercados se beneficiaban de los bajos tipos de interés, tanto en Europa como, principalmente, en Estados Unidos, al atraer capitales en busca de más rentabilidad. Pero todo apunta a que la subida de tipos en este último país y la política anunciada por Trump, que necesitará ser financiada con mayores emisiones de deuda, repatriará esos capitales, dejando a los emergentes en una posición delicada durante el 2017. De rebote, la situación también podría afectar a las grandes empresas españolas, muy expuestas a los mercados latinoamericanos.

3Consenso en que el petróleo subirá, la duda es cuánto. La decisión de los países de la OPEP de reducir la producción de petróleo ha disparado la cotización del crudo en el último mes. Informes de Goldman Sachs, Barclays o Citi prevén que el repunte se mantenga durante este año, y apuntan a un barril en el entorno de los 60 dólares durante este año, precio que Barclays cree que seguirá escalando hasta alcanzar los 85 en el horizonte del 2019. Sin embargo, otras previsiones, como las de la Agencia Internacional de la Energía, son más pesimistas y dibujan un escenario para este año con el barril entre 70 y 80 dólares, lo que supondría un fuerte freno al crecimiento económico en países como España, que hasta ahora se beneficiaban del bajo precio del petróleo.

4La incertidumbre en Europa se traslada a Francia y Alemania. El mazazo del brexit reavivó las dudas sobre el futuro del proyecto comunitario, que este año se trasladan a dos países fundadores, las dos grandes locomotoras de la UE y del euro. Las elecciones en Francia y Alemania volverán a medir el grado de desafección de la población y el pulso de los populismo, con las políticas contrarias a la globalización y la inmigración que defienden fuerzas como el Frente Nacional francés. Antes que franceses y alemanes, votarán los holandeses, país en el que también está en auge la extrema derecha. Y a lo largo del año podrían hacerlo en Italia, donde la dimisión de Renzi ha añadido un nuevo elemento de incertidumbre en un continente agitado. Y todo esto sin olvidar el brexit, que aunque parece que está en el congelador volverá a marcar la agenda a partir de la primavera, cuando la primera ministra británica, Theresa May, quiere iniciar los trámites del divorcio, pero sin renunciar a ciertas prebendas del mercado único. Una negociación que se antoja dura y que, según los analistas, puede castigar de nuevo a la libra.

5¿Se mantendrá la colaboración entre PP y PSOE en España? Frente a la incertidumbre que recorre el resto de Europa. España ha conseguido superar el bloqueo político que paralizó la acción legislativa durante casi un año y ha entrado en un nuevo escenario de colaboración entre el Gobierno del PP y el PSOE, una suerte de gran coalición en la práctica que para Miguel Vázquez Taín, presidente del Consello Galego de Colexios de Economistas, será decisiva en la política y la economía española. No en vano, los primeros acuerdos suscritos a finales del 2016 se han traducido en una subida del 8 % en el salario mínimo para este año o la prohibición de los cortes de luz a las familias más vulnerables. Además de los beneficios políticos para ambas formaciones, Vázquez Taín cree que «si esa colaboración sigue funcionando puede ser la clave para que la economía española, que se puede ralentizar porque los vientos de cola están aflojando, pueda suavizar la caída del crecimiento».

6Una inflación fuerte puede incentivar la inversión. Quien está convencido de que este será un buen año en lo económico es Venancio Salcines, presidente de la Escuela de Finanzas y miembro del Grupo Colmeiro. Da por hecho el economista que el petróleo «ha entrado en una escalada y no se va a estabilizar» y que, con los combustibles al alza, la inflación va a superar con creces las previsiones del Gobierno, que apunta a una subida de precios del 1,5 %, para situarse más en el entorno del 2,5 % al que aluden algunas hipótesis del Banco de España, o incluso por encima.

Para Salcines, esa situación estimulará el apetito inversor. Y es que, argumenta, los gallegos han reaccionado a la crisis ahorrando, por lo que pudiera pasar. Así, los apenas 34.000 millones en depósitos que acumulaban en el 2004, cuando la economía iba como un disparo, eran casi 60.000 en el tercer trimestre del año pasado. Un «ahorro del miedo», como lo denomina, que es superior ya a lo que produce la economía gallega en un año. De momento ese capital, aunque no rentaba mucho en el banco, con los intereses por los suelos, tampoco perdía poder de compra, ya que la inflación estaba en terreno negativo o en tasas muy bajas. Pero este año, apunta, el ahorrador va a tener por primera vez la sensación de que pierde dinero teniéndolo parado en el banco, ya que la remuneración que ofrecerán las entidades financieras seguirá siendo baja. Y, por tanto, empezará a buscar alternativas de inversión para sacarle más provecho, lo que supondrá que circule más capital en la economía y, por tanto, mayores tasas de crecimiento. Y es que, recuerda el economista, el consumo privado es el principal componente del PIB y no hay ninguno otro que pueda estimular así el crecimiento, ni el gasto público.

Sobre qué sectores se verán más favorecidos por el apetito inversor, Salcines lo tiene claro: el inmobiliario es el que ofrece mejores oportunidades.

7¿Crecerá Galicia más que el resto de España? Santiago Lago, director del Foro Económico de Galicia, cree que sí. Si en los primeros años de recuperación, la economía gallega tuvo un peor desempeño, la situación ya se igualó en el 2016 y para este año cree que la comunidad cuenta con factores a su favor, como un mayor crecimiento del consumo por las decisiones de compra aplazadas desde hace años y por la recuperación por parte de los funcionarios del complemento de la paga extra, que supondrá un incremento de las remuneraciones de entre el 2 y el 8 % para un colectivo que roza las cien mil personas, uno de cada diez ocupados. Eso, unido al repunte del empleo, permitiría mantener un diferencial de crecimiento positivo que, según sus previsiones, durará al menos hasta el verano.