«Hay muchos 'brasiles' dentro de su frontera»

MERCADOS

La pontevedresa Lucía Alonso Garrido lleva años trabajando como fotógrafa y profesora de español en Curitiba. Espera volver a Galicia con un trabajo estable

04 jul 2016 . Actualizado a las 12:25 h.

Lucía Alonso Garrido llegó a Brasil por primera vez en el 2011. Pero no al lugar que se le viene a la cabeza a todo español cuando piensa en el país americano. La joven de Salvaterra do Miño desembocó en Curitiba, una ciudad al sur de Sao Paulo y menos popular que otras zonas del país, donde realizó un intercambio universitario. Entonces estudiaba Publicidad y Relaciones Públicas en Pontevedra y aquella experiencia le abrió las puertas al mundo profesional, pues allí «las prácticas se hacen desde el primer año de carrera». Tuvo que volver a España para terminar los estudios y después emigró a Londres, donde estuvo dos años trabajando de niñera y camarera.

Pero en el 2014 decidió volver a Brasil, donde sabía que podía continuar su trayectoria profesional. «Llevo aquí dos años muy productivos», afirma. Volvió a elegir Curitiba porque ya no le era desconocida, tenía contactos y además «es una ciudad donde sabía que me adaptaría con relativa facilidad». Defiende la imposibilidad de definir Brasil con una única imagen, «tengo la impresión de que hay muchos ‘brasiles’ dentro de sus fronteras». Y reflexiona sobre los grandes cambios que está viviendo el país en un espacio muy corto de tiempo: «Estoy en un país muy joven comparado con Europa y está viviendo un momento histórico y necesario para su evolución». Esta vez hizo las maletas por más tiempo, «la evolución profesional que busco exige pensar a largo plazo», reconoce.

Ahora trabaja como autónoma, «es la mejor forma que encontré para organizar mi propio tiempo y dinero», reconoce. Trabaja con todo tipo de proyectos fotográficos, eventos, publicidad... Y además imparte clases de español en algunas empresas y escuelas de Curitiba. Reconoce que la inmersión en el mundo laboral brasileño no le resultó difícil, porque habla perfectamente portugués y porque ya tenía experiencia laboral en el país de su etapa universitaria. Además, el hecho de estar casada con un brasileño, le permite trabajar en el país sin limitación legal. Y aunque le resulta difícil hablar de futuro, calcula que aún le quedan unos dos o tres años en el país, en los que quiere seguir sus estudios y profesionalizarse con la fotografía.

«El mercado brasileño me está abriendo muchas puertas, pero sin duda espero volver a Galicia pronto». Eso sí, para ello, necesita tener la garantía de una situación laboral estable.