La clave de la recuperación económica

MERCADOS

La semana pasada el INE revisó sus estimaciones de crecimiento económico para el 2013 y el 2014 . Con esas nuevas cifras, la recuperación habría sido del 1,4 % el pasado año, mientras que el último de recesión la caída llegó a un -1,7 %. Cambio radical del que conviene identificar los factores que lo explican. Quizás el menos analizado sea la inversión

27 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Porque el factor que no explica el cambio de signo del crecimiento económico entre el 2013 y el 2014 es la demanda externa. Aunque en los años más duros de la recesión sí que explicó que aquella fuese menos intensa de lo que habría sido, el año pasado la demanda externa tuvo un comportamiento prácticamente neutro (las importaciones de bienes y servicios fueron muy semejantes a nuestras exportaciones).

El factor que sí explica ese cambio de rumbo de nuestra economía es la demanda interna, pero dentro de ella es muy importante desagregar sus dos vectores fundamentales: el consumo y la inversión. En un primer gráfico recogemos para los años 2013 y 2014 el comportamiento del PIB y el de ambos vectores de la demanda interna según las más recientes estimaciones del INE.

Los cambios

En el último año de la recesión (2013), el PIB se estima que habría caído un -1,7 % frente al -1,2 % que se venía manejando. Importa resaltar cómo ese año tanto el consumo como, aún más, la inversión (la FBCF del gráfico) anotaron retrocesos mayores. Lo que quiere decir que la demanda externa corrigió y compensó esa caída a la mitad.

Sin embargo, el primer año de la recuperación (2014) observamos que el crecimiento depende en mucha mayor intensidad de la inversión (que crece un 4,8 %) que del consumo (que lo hace en un 0,9 %). Aquí el titular sería que la inversión crece a un ritmo cinco veces superior al consumo, y es el factor determinante que explica que la recuperación del PIB lo sea a un ritmo superior al del consumo de las familias o de las administraciones públicas.

Es conveniente precisar que aunque en términos absolutos el consumo en España alcanza un volumen que multiplica por cuatro el de la inversión (son 800.000 millones frente a 200.000 en el 2014), el hecho es que -aún siendo un volumen muy inferior- si este crece a una tasa muy alta su impacto en el total se estaría haciendo notar. Y mucho.

Tal inversión productiva (que recoge el INE como formación bruta de capital FBCF) habría alcanzado en los peores años de la crisis caídas espectaculares (superiores al -7 % en el 2011 y el 2012), pero en los últimos trimestres su comportamiento está siendo, no solo superior al del consumo, sino el vector clave para la recuperación del PIB. En un segundo gráfico, presentamos la evolución trimestral en España durante el período 2014-2015, tanto del PIB como de la inversión.

La tendencia

Como bien se observa, el momento clave de este cambio de rumbo se hizo esperar hasta el comienzo del año 2014. Desde ese momento, el crecimiento de la inversión ha venido anotando tasas que siempre, al menos, han duplicado las del crecimiento del PIB. Tenemos por tanto aquí un motor fundamental de la recuperación. De la misma forma que en los últimos años habría sido un vector determinante de la recesión.

Obsérvese como a mediados del presente año la inversión habría crecido con la misma intensidad (6,1 %) que habría caído el primer trimestre de 2013 (-6,3 %). Para el último dato conocido (segundo el trimestre del presente año) la recuperación de la inversión en la economía española ocuparía una posición destacada en el conjunto de las economías europeas. Esta posición se refleja con claridad en nuestro tercer gráfico para los países de la UE.

Quinta economía

España sería la quinta economía europea con un mayor crecimiento de la inversión y con tasas muy superiores a economías como la alemana, la danesa o la austríaca. Triplicamos el crecimiento medio de la UE en lo relativo a la formación bruta de capital fijo (FBCF).

Cuando el INE desagrega dicha FBCF, diferencia dos vectores básicos: la inversión en bienes de equipo y otros activos, y la inversión en construcción. La buena noticia es que la primera estaría creciendo a tasas (9,2 %) muy superiores a la segunda (5,1 %), aunque ambas lo hagan a un ritmo muy superior al del consumo o al del propio PIB. Unas tasas tan elevadas habría que interpretarlas como un robusto efecto rebote sobre los bajísimos niveles a los que se habría descendido durante la crisis. Así la inversión en construcción que en el año 2007  -previo a la crisis- estaba en un índice de 140, a mediados de este año 2015 aún se sitúa en un índice de 76 (a pesar de que ahora esté creciendo a tasas del 5 %). 

En el caso de la inversión en bienes de equipo, el índice previo a la crisis alcanzaba un 124, pero ahora ya está en un 117. Aquí la recuperación es mucho más rotunda y a un ritmo anual cercano al 10 %, que para los equipos de transporte que están renovando nuestras empresas alcanzó tasas de crecimiento nada menos que del 15 % en el segundo trimestre del 2015.

Las empresas españolas que han sobrevivido a la crisis (que no estaban sobreendeudadas y han recuperado beneficios) estarían realizando un intenso esfuerzo de inversión en equipamientos de transporte. Algo que, por otra parte, podría explicar en buena medida el crecimiento de nuestras importaciones.