Hace unos días se hacía pública la relación anual actualizada de los empresarios más ricos del planeta que edita la revista Forbes. Apenas se han producido mínimas cesiones e intercambios en el podio de los grandes durante el 2014, pero si uno desciende posiciones se encuentra con verdaderos hallazgos protagonizados por jóvenes emprendedores que han hecho fortuna fruto de ideas extraordinarias que, en buena parte de los casos, dispusieron de un incipiente respaldo inversor y el empeño suficiente para obtener dividendos que reinvertir y extender su negocio hasta lo más alto. Es el caso de Elizabeth Holmes. Con 30 años, sin herencias ni divorcios de por medio, dispone de una fortuna de 4.500 millones de euros y debuta en la lista Forbes 400 como la mujer multimillonaria estadounidense más joven hecha a sí misma.
Su historia coincide con la de muchos jóvenes emprendedores de su generación que hoy forman parte de la élite empresarial de EE.UU. Iba para ingeniera química en la Universidad de Stanford, pero abandonó las aulas por un local en Palo Alto para intentar demostrar que era factible revolucionar la industria de las pruebas de laboratorio, concretamente de los análisis de sangre, con el desarrollo de una tecnología pionera en extracción y evaluación de la sangre para acelerar los diagnósticos. Y lo logró. Empezó ella sola. Convenció al responsable de una firma de capital riesgo, que hasta entonces financiaba proyectos de tecnología como Hotmail o Skype, para que invirtiese en su proyecto y en once años ha logrado una verdadera transformación en el campo de la biociencia.
La tecnología desarrollada por Theranos elimina las agujas, el dolor y reduce al máximo la cantidad de sangre que debe extraerse para hacer diferentes pruebas. La técnica consiste en disponer de unas pocas gotas sanguíneas a partir de una especie de bolígrafo (similar a los que utilizan los diabéticos) que se introducen en un cartucho denominado nanotenedor donde se custodian microlitros de una muestra. Se envía a los laboratorios de su empresa ideados para analizar volúmenes microscópicos de sangre. Los resultados están disponibles en apenas dos horas y en 24 el paciente los recibe en su correo electrónico.
Holmes ha logrado un acuerdo con la mayor cadena farmacéutica de EE.UU. (8.500 puntos de venta) para acercar este dispositivo a los ciudadanos y los últimos datos confirman que al menos el 27 % de los pacientes estadounidenses se realizan analíticas con Theranos de los 6.800 millones de análisis que se efectúan cada año en el país. Sin molestias, reduce tiempos con métodos más baratos y precisos que los convencionales para anticiparse a las enfermedades en sus fases preeliminares. Todo un éxito que los laboratorios convencionales lo ven con recelo. Elizabeth Holmes, discreta de carácter, siempre lleva jersey negro de cuello alto. Son muchos los que ya la comparan con Steve Jobs (Apple) -por su sobriedad en el vestir- y con Mark Zuckerberg (Facebook) -por su desbocada ambición-.
.
abraldes | http://abraldesartstudios.jimdo.com