Cuando termine la próxima década uno de cada tres hogares de la comunidad tendrá un solo habitante. Los grupos de apoyo a los mayores constatan que cada vez demandan más respaldo

carlos punzón
Periodista de La Voz de Galicia

En los últimos cuatro años 20.000 gallegos se han quedado solos en su hogar o han optado por vivir sin compañía. Cada radiografía anual hecha por los organismos estadísticos sobre los hogares gallegos resalta que lo que más crece es precisamente el surgimiento de viviendas ocupadas por una sola persona. Son ya 270.900, el 25 % del total, y la situación más habitual en Galicia de cuantas composiciones de hogar puedan darse. El retrato robot del morador en solitario en la comunidad se corresponde con el de un menor de 65 años, si es hombre, y mayor de esa edad si es mujer; no casado, mayoritariamente; residente en una ciudad; con vivienda en propiedad ubicada en un edificio de diez o más hogares, y que tiene entre 76 y 105 metros cuadrados repartidos entre tres y seis habitaciones.

Y si es espectacular el incremento del número de hogares unipersonales, aún lo será más en los próximos años. Las proyecciones de población otorgan a Galicia un aumento de dicha composición hasta los 347.027 casos en el año 2031, y serán entonces el 31,3 % del total. Dicho aumento estará relacionado con el envejecimiento de la población. Ya ahora 119.000 personas que viven solas han superado la barrera de la jubilación.

Sentimiento negativo

«La soledad es sentida como algo negativo y eso afecta al estado anímico y luego al físico», afirma Laura Carballa, responsable de desarrollo social en Vigo de la organización Amigos dos Maiores, que añade que esa situación afecta esencialmente a los ancianos. La falta de autonomía hace, a su entender, que el incremento de la edad sea percibido de otra forma, lo que junto a la disminución del círculo social incrementa la sensación de soledad.

«No por estar en una residencia se tiene necesariamente que estar más acompañado o se deja de sentir uno solo», precisa María del Valle Pinaglia, directora de promoción de la ONG Desarrollo y Asistencia. «Cuando están ingresados en ese tipo de centros los mayores se institucionalizan, nada depende de ellos ya, ni los horarios, ni elegir qué comer, cómo vestir, e incluso en las residencias grandes con mucho personal ni te llaman por tu nombre, eres uno más», asegura rememorando su experiencia la responsable de la organización de voluntarios que al menos dos veces por semana visita los domicilios de las personas mayores que atienden y viven solas o con otros familiares de avanzada edad.

«Pasan días sin articular palabra con nadie»

Las personas solas a las que les puede esa soledad son los principales usuarios del Teléfono de la Esperanza. «Nos llama mucha gente que no tiene con quién hablar, que no tiene quién la escuche, que a lo mejor pasan cinco días sin articular palabra con nadie», constata Isabel Ponce, directora de la ONG en Madrid. El perfil más recurrente de los usuarios del teléfono, que también actúa en Galicia, es el de una persona con algún problema crónico físico o mental que se agudiza con la soledad.

«La red social afectiva, la que proporcionan la familia y los amigos, es un frente de protección, sobre todo de los suicidios, porque un día malo lo puede tener cualquiera, pero lo importante es poder expresarlo», continúa Ponce.

Abandono personal

Las organizaciones de atención a los mayores, como la que ella dirige, constatan que la soledad empeora la salud. «Se come peor, se acude menos al médico, se va a menos actividades, se está menos dispuesto a socializarse», indica la directora del Teléfono de la Esperanza, que en todo caso constata que en el mundo rural hay menos riesgo de desprotección al saltar antes las alarmas entre conocidos y vecinos y darse un contacto más rutinario.

Y es que el individualismo urbano genera casos como el de Culleredo, en el que el cadáver de una mujer fue encontrado momificado después de que nadie la echase en falta en los cuatro años anteriores. Veinte años pasó el cuerpo de otro hombre en el Cañizal (Zamora) sin que nadie acudiese a su casa, como tras doce años de su muerte fue descubierta otro cuerpo en Madrid de manera casual por la rotura de unas tuberías en un edificio. Sus ahorros seguían siendo suficientes para pagar los gastos de comunidad y abastecimiento sin que nadie los echase en falta.

La falta de comunicación con otras personas; la nostalgia, tristeza o depresión, y la carencia de afecto son las principales causas de la soledad, apuntan Juan Díez y María Morenos, autores del Informe la Soledad en España. Tras encuestar a 1.206 personas, la mayoría mantienen que la familia sigue siendo el mejor antídoto contra la soledad, pero que son las instituciones públicas las que deben ayudar a las personas que la sufren.

«Los mayores que viven solos en su mayoría no saben de qué recursos públicos disponen y es muy importante que estén informados», advierte Laura Carballa, de Amigos dos Maiores. Su organización certifica que la mayor parte de los ancianos que viven solos prefieren seguir haciéndolo en sus propios domicilios, «y nos encontramos casos preciosos de personas que con el apoyo de los voluntarios, los trabajadores sociales y haber recuperado con quién hablar, prefieren aplazar la entrada en la residencia que estaban tramitando», dice satisfecha mientras clama por recuperar el tejido social de barrio.

«Las visitas que les hacemos les generan recuerdos para días, rompen sus rutinas, hasta piensan en arreglarse para recibir a los voluntarios, y que no se les cobre además los llena de alegría en un momento en el que se sienten vulnerables», concluye María del Valle Pinaglia.

Las propuestas de los partidos al declive demográfico de Galicia

J. C. / S. Luaña / D. Sampedro / M.B.

El declive demográfico de Galicia viene de treinta años atrás, y no se va a enderezar hasta dentro de veinte. Es la cronología abreviada de un problema «estrutural» que realiza el presidente de la Xunta, quien reconoce que la crisis es especialmente acusada en la comunidad que dirige, que sin embargo «vai con vantaxe» con respecto a otros territorios en lo que se refiere a medidas de recuperación. Núñez Feijoo está convencido de que «nunca fixemos tanta política» a favor de la infancia y de los mayores, aunque cree que es «insuficiente» y no tendrá resultados si no se trabaja con «constancia e continuidade». El punto de inflexión de su Administración lo fija hace cinco añosPP, con la crisis azotando duro, cuando emprendió una batería de medidas sociales como las facilidades para la conciliación, las escuelas infantiles o la más reciente Tarxeta Benvida de apoyo a las familias con recién nacidos. Y aunque las estadísticas todavía no acompañan, cuenta como pequeñas victorias para la esperanza el hecho de que el Gobierno de España haya incluido el problema en su agenda de forma estable, así como el interés detectado por otras comunidades por generar alianzas comunes, como la que va a tener lugar este lunes entre Galicia, Asturias, Aragón y Castilla y León, que será la anfitriona.

Feijoo, que, como el resto de partidos, reaccionó ayer a las informaciones de la serie de La Voz El mayor problema de Galicia, destaca el esfuerzo de la Xunta para propiciar el retorno de los emigrantes, con iniciativas para atraer mano de obra o estudiantes con ADN gallego, con el fin de que puedan regresar.

En Marea: Más gasto social como antídoto contra el «devalo» demográfico

Luís Villares recuperó el concepto de felicidad para explicar cuál es el fin último de las políticas de En Marea. En la ponencia que ofreció en los desayunos de Fórum Europa, en Santiago, el líder de En Marea dijo que la preocupante situación demográfica en Galicia es el mejor reflejo de la situación actual del país: «Un país onde os nenos non queren nacer e os mozos queren emigrar». Villares sí cree en el futuro del país, pero para ello, a su entender, hay que poner en marcha políticas que reviertan esa tendencia y que animen a los jóvenes a quedarse, a emanciparse y a tener hijos. El «antídoto» contra los «velenos» que emponzoñan Galicia pasa, entre otras medidas, por aumentar el gasto social, porque «non hai dereito social sen orzamentos sociais». La propuesta de En Marea es elevar el gasto público de un 26 % a un 32 % del PIB, como en otros países europeos. Solo de esa manera se podrá invertir en los centros de salud de las zonas rurales, en erradicar el paro juvenil, en aplicar políticas de igualdad, en el pago de las pensiones y en otras medidas que el líder de En Marea cree necesarias para asentar población.

Pero Villares apela también a cuestiones subjetivas. Dice que él cree en el futuro de Galicia y que no se resigna a vivir en un «impaís», pero que es necesario que lo crean todos los gallegos, en contra del pesimismo imperante. Por eso propone un pacto de país para mejorar las condiciones de vida que permitan que «a xente sexa feliz».

«Por que non un milagre galego como o irlandés ou o portugués?», se pregunta. Asegura que es mucho más que un programa de gobierno, que es «un desexo de país. O meu desexo de país».

PSOE: Aumento de la actividad laboral de las mujeres y de sus salarios

El PSOE gallego celebró ayer una reunión de trabajo de los seis representantes que tiene en el Observatorio Galego de Dinamización Demográfica, coordinados por el diputado Abel Losada, y al término de la misma censuró las políticas «de low cost» que aplica la derecha y su carácter «asistencialista», dijo Losada, lo que no permite corregir el desequilibrio demográfico.

Losada compareció ante los periodistas junto a Obdulia Taboadela, profesora de Sociología en la Universidade da Coruña y miembro de una de las comisiones del Observatorio, quien advirtió que en Galicia, «non só hai caída da fecundidade, hai folga de úteros», dijo gráficamente, por las dificultades de las mujeres para afrontar la tarea de ser madres.

Por esa razón, Taboadela llamó a dar un salto en igualdad. «As familias máis iguais terminan sendo familias máis proclives a ter fillos», explicó, motivo por el cual planteó ampliar la participación de la mujer en el mercado laboral, aumentando los salarios, la estabilidad y las políticas de corresponsabilidad, y sin perder de vista las ayudas o ventajas fiscales para guarderías, cuidados en el hogar o la conciliación. Se trata, concluyó Taboadela, de recetas ya inventadas, así que pide «vontade política» para copiar lo que funciona bien en otros lugares.

BNG: Pontón culpa al PP de agravar el problema con políticas fallidas

«O envellecemento da poboación é un problema nacional que se foi agravando tras décadas de políticas económicas e sociais equivocadas por parte do PP, e urxe un cambio de rumbo para corrixir as causas que son, basicamente, económicas», asegura Ana Pontón, portavoz nacional del Bloque. La formación nacionalista recuerda que, según datos del IGE correspondientes al 2016, 70.000 mujeres declaran que tendrían más hijos si las condiciones laborales fueran de mayor estabilidad y con mejores salarios; el BNG denuncia que a esto hay que añadir que desde la llegada de Feijoo a la Xunta 100.000 jóvenes se fueron ante la falta de expectativas laborales. «A destrución da base produtiva do país, as actuais taxas de desemprego e de precariedade, xunto coa imparable sangría da emigración e a falta de servizos que faciliten a conciliación, provocan unha situación letal en termos demográficos», lamenta Pontón.

El BNG considera que para encarar esta situación hay que actuar en tres ámbitos: favorecer el retorno de la juventud emigrada -y, muy en particular, del talento investigador-, apostar por la innovación en los sectores productivos y, por último, una política de igualdad con servicios públicos. Pontón recuerda que el Bloque propuso un Plan Retorna con 100 millones de euros.