El envejecimiento pasa factura a Galicia

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

EL MAYOR PROBLEMA DE GALICIA

CAPOTILLO

El Sergas soporta un sobrecoste anual de al menos 320 millones por la edad de su población

13 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La demografía y el envejecimiento tienen un claro reflejo en la sanidad de un país, y el sistema público de salud es uno de los pilares fundamentales del Estado de bienestar. Lo demuestran las cifras. Galicia destina este año 3.861 millones de euros a este capítulo. El 41 % de los presupuestos de la Xunta. Y no es que las cuentas hayan subido mucho. El Sergas tiene en el 2018 el mayor presupuesto desde su creación, con 3.861 millones, pero en el 2008 superó ya los 3.700.

más costosa

Casi un 10 % más. Tener una población envejecida implica más gasto sanitario. Lo complicado es determinar cuánto. Los mayores consumen más fármacos, visitan más al médico de familia, acuden más al hospital y su estancia tras un ingreso es más larga. Pero no hay estudios que analicen cuánto de este gasto está directamente relacionado con el envejecimiento. Un infarto en un varón de 70 años, por ejemplo, ¿debe asociarse a este factor? La Consellería de Facenda elaboró un estudio que trata al menos de aproximar este importe. En él, analiza el gasto en recetas, en visitas al centro de salud y en altas hospitalarias por tramos de edad. Les asigna un coste y después hace una proyección calculando este mismo presupuesto si la población gallega tuviese la misma estructura de edad que la estatal. Y los cálculos reflejan que solo en estos tres parámetros el Sergas tiene un sobrecoste de 317,3 millones al año por envejecimiento. La atención especializada, con más de 180 millones, supone la principal sobrecarga, pero también los fármacos, con 114. Estas cifras se calcularon tomando como referencia la población del 2013, cuando 209.569 mayores sobrepasaban los 80 años y el presupuesto sanitario era de 3.418 millones. Esto implica un sobrecoste de casi el 10 %. En el 2016 la población de 80 o más años subía ya a 230.819, lo que con seguridad eleva este porcentaje.

Los medicamentos

El tramo que más consume, a partir de 75 años. En Galicia unas 350.000 personas tienen 75 o más años sobre una población de 2,7 millones. Son menos del 13 % de los gallegos. Pero consumieron en el 38,7 % del gasto en recetas del año 2017. De hecho, son el intervalo de edad con mayor consumo de medicamentos, más elevado que el de todos los menores de 65. Es un coste sanitario muy asociado al envejecimiento. Puede haber personas de menos edad que por problemas de salud estén polimedicadas, pero son raras excepciones. Los grandes consumidores de fármacos son gente mayor y con patologías crónicas. En Galicia, según los datos más recientes del Sergas, hay unos 70.000 que toman diariamente seis o más medicamentos. Y 7.500, que quince o más. El perfil es conocido. Más mujeres que hombres, en una proporción de seis a cuatro, y tres de cada cuatro de entre 71 y 90 años. Otros 4.000 pasan de los 91. Es decir, a población más envejecida, más inversión en medicamentos. En el año 2017, prácticamente 700 millones de euros, 1,9 millones cada día. A mayores, los fármacos que se dispensan en el hospital, otros 400 millones.

Visita al centro de salud

Se triplican con la edad. En un año los centros de salud realizaron 24 millones de consultas, no solo para acudir al médico de cabecera, sino también a enfermería y otras especialidades de primaria. Cada gallego va de media 8,6 veces al año. Pero los promedios son engañosos. Los mayores de 80 acuden 18 veces, casi el triple que el tramo menos frecuentador, el que va de 15 a 64, que presenta una proporción de 6,3. Los menores de 15, pese a no tener problemas de salud, realizan más visitas porque los calendarios infantiles implican vacunaciones y revisiones pediátricas. Si se asigna un coste a cada consulta, los mayores de 80 consumen el 16 % del gasto.

Hospitalizaciones

El 22 %, a partir de los 80 años. Lo mismo que ocurre con las consultas de primaria sucede con la actividad hospitalaria. De las altas que se dan al año, el 22 % se corresponden a personas de 80 o más. Esto ocurría en el 2013, cuando este intervalo de edad suponía el 8,5 % de los gallegos. Si se suman todos los mayores de 65, el porcentaje de hospitalizaciones se eleva al 48 %. Es decir, de todo el gasto generado en ingresos de hospital, la mitad se dirige al colectivo de 65 o más años.

estancias

Se alargan con la edad. No solo tienen más altas, es decir, más ingresos, sino que estos son más prolongados. En el año 2015, cuando alguien tenía que ser hospitalizado, pasaba de media siete días en el centro sanitario. De 1 a 14 años esta cifra baja a 3,8 días, y a partir de ahí aumenta progresivamente. De 35 a 44, 4,9 días; y de 45 a 54, 6,5. Las que pasan de media más días en el hospital son las personas que tienen entre 85 y 89 años, 9,2 días de promedio.

Coste global

Más de la mitad. Es difícil cuantificar lo que le cuesta a la sanidad gallega el envejecimiento de la población. Lo dicen los propios expertos. Ni siquiera el grupo de investigación en macroeconomía y salud de la Universidade da Coruña, con líneas de investigación como el coste social de las enfermedades, dispone de un número exacto. Sí sería conveniente hacer una aproximación, explican, pero entrañaría incluir múltiples variables. Y es que el informe de Facenda, muy claro y conciso, analiza tres parámetros incuestionables: consultas en el centro de salud, altas hospitalarias y recetas, pero hay otros indicadores que hacen variar el coste, como las pruebas y consultas en atención especializada, los servicios de emergencias, las prótesis y aparatos terapéuticos e incluso el tipo de patología, porque no todas las estancias entrañan el mismo gasto. Pese a estos condicionantes, en Galicia la población mayor de 65 años representaba en el 2013 el 23,2 % de la población, y alcanzaba según este análisis más de la mitad del gasto sanitario: 1.709 millones de euros, tomando como referencia los presupuestos de ese ejercicio.

Capacidad de ahorro

Racionalizar. El envejecimiento supondrá cada vez una mayor factura a la sanidad gallega. Y la lectura debe ser positiva. Las enfermedades se cronifican -por ejemplo, algunos tipos de cáncer- por el avance en el diagnóstico precoz y los tratamientos. La pirámide demográfica, además, no parece que vaya a revertirse. En resumen, la solución pasa por medidas que racionalicen el gasto y no por recortes en las prestaciones. El Ministerio de Sanidad creó hace años un grupo de trabajo sobre el gasto sanitario en el que se plasmaban estas iniciativas. Por ejemplo, compras centralizadas, uso racional del medicamento, promoción de la demanda responsable y de estilos de vida saludables o aumentar la capacidad de resolución en la atención primaria. Este informe tiene diez años y aún quedan muchas tareas pendientes, como este refuerzo de la primaria. Otras, como el uso racional de los fármacos, han avanzado.

Un factura a revisar

El mayor presupuesto desde su creación. Probablemente sea difícil reducir la factura sanitaria, pero pueden establecerse medidas que tengan mayor efecto en la salud. El gasto farmacéutico siempre ha sido uno de los caballos de batalla, y desde el 2009 esta partida se redujo casi un 25 %, pasando de 924 millones a menos de 700. Pero poco puede hacer Galicia con unas reglas de juego que la penalizan a escala estatal, al no tener en cuenta en la financiación la dispersión y sobre todo el envejecimiento, que en sanidad eleva considerablemente su factura.

Suiza, el mejor lugar para envejecer

l. g. v.

Suiza sabe más de atender a los mayores que de relojes. Lo deja patente el índice global de envejecimiento, que clasifica al país transalpino como la mejor opción para envejecer. Lo adaptadas que están las ciudades a la tercera edad, la atención de calidad de los profesionales que trabajan en geriátricos y la política de «anticipación del envejecimiento» hacen de Suiza un lugar idóneo para pasar los últimos años de vida. Aunque también hay que tener en cuenta, ojo, la capacidad de ahorro de los suizos y el sólido sistema de pensiones que los deja respirar tranquilos.

urbanismo

Berna, a la cabeza. Varias poblaciones suizas, entre ellas Berna, la capital, se adhirieron a la red mundial de ciudades amigas de la tercera edad (ninguna es española). Dentro de este programa, Berna ha cubierto las necesidades de los mayores en materia de urbanismo con caminos seguros para los peatones y acceso a los medios de transporte y servicios públicos. Pero también pone coto al problema realizando importantes inversiones.

trato en geriátricos

La mejor atención. Enfermería es la tercera carrera más demandada en Suiza. Para que parte de estos estudiantes se especialicen en geriatría muchos centros ofrecen incentivos como 6 semanas de vacaciones y jugosos planes de jubilación.

pensiones y ahorro

Principio de solidaridad. Cada residente en Suiza tiene que cotizar según un principio de solidaridad. El objetivo es garantizar a los ciudadanos, también a los que no trabajan, unos ingresos mínimos para vivir. Los suizos, además, completan sus pensiones con un confortable colchón. Mientras la media europea de ahorro es del 11 %, en Suiza ahorran un 18 %.