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Galicia respira aliviada al alejarse el barco ruso de propulsión nuclear averiado

La Voz REDACCIÓN

SOMOS MAR

Salvamento Marítimo inspeccionó el paso del carguero a 50 millas de la costa gallega

22 dic 2020 . Actualizado a las 19:02 h.

Cuando a las dos de la tarde de ayer, el sistema de posicionamiento automático (AIS) daba fe de que el Sevmorput, el carguero ruso propulsado por un reactor nuclear de la familia KLT-40, con una potencia de 135 megavatios, que se alimenta de uranio 235, dejaba atrás aguas gallegas, Galicia respiraba aliviada. Y, de paso, la Dirección General de la Marina Mercante, también.

Organizaciones como la ecologista Arco Iris, primera en alertar de que iba a pasar averiado frente a Galicia, y varias agrupaciones políticas, con el BNG a la cabeza, llamaron la atención de las autoridades para que vigilasen a un buque considerado peligroso, por más que el capitán del mercante asegurase a las autoridades españolas y al Consejo de Seguridad Nuclear, que el problema mecánico que tenía no afectaba al sistema de propulsión nuclear.

Salvamento Marítimo supervisó la navegación del Sevmorput, que pasó a unas 50 millas de la costa gallega. Envió de madrugada al Helimer 401, que inspeccionó la travesía sin detectar ninguna anomalía de carácter técnico y radiológico.

Además, ayer por la mañana, el avión Sasemar 102 sobrevoló el carguero, sin supervisa tampoco anomalías. Ayer por la tarde, ya había dejado zona de responsabilidad española y seguía su rumbo a San Petersburgo, a donde ha tenido que regresar después de haber sufrido una avería en la hélice que no fue capaz de reparar ni en Angola, ni en Senegal.

Otros mercantes en apuros

Mientras todas las miradas se dirigían al mercante ruso, un gasero con bandera de Antigua & Barbuda, cargado con 4.000 toneladas de butano, solicitaba refugio en el puerto de Langosteira debido a que, por una avería en la máquina, navegaba con la potencia reducida en un 30 %. Pretende ser reparado en A Coruña antes de seguir ruta hasta Marruecos.

Además, un petrolero danés, el Maersk Stratus, con 24.000 toneladas de gasoil se vio en problemas cuando zarpaba del puerto de A Coruña y tuvo que atracar en el muelle Centenario norte para reparar la máquina. Permanecía a su lado abarloado un remolcador por motivos de seguridad.