Opmega lanza una campaña para garantizar el relevo generacional en el sector
20 nov 2020 . Actualizado a las 16:54 h.En el mejillonero ocurre lo que sucede en el resto de los sectores primarios: que nadie se plantea su futuro laboral encima de una batea. Como tampoco hay colas para enrolarse en un pesquero o para trabajar en una granja láctea. Esa falta de relevo generacional no es algo que hayan descubierto ahora los miticultores. Hace tiempo que encuentran dificultades para encontrar mano de obra, pero quieren atajar ese problema antes de que no haya nadie para ayudarles a encordar, desdoblar y cosechar el mejillón.
Y mucha de esa falta de interés es por puro desconocimiento. Porque no se sabe nada del proceso de cultivo, ni de qué formación se requiere, ni de las condiciones de trabajo, que, como las de la pesca extractiva o la agricultura, nada tienen que ver con la de hace décadas.
Para cubrir esas lagunas, Opmega (Organización de Productores de Mexillón de Galicia), ha lanzado la campaña Batéate, encuentra tu lugar en el mundo, para la que ha fichado al actor y humorista Carlos Blanco, que tratará de despertar vocaciones entre el alumnado de los institutos de O Salnés -el éxito dirá si se extiende a otras comarcas gallegas-.
El público preferente de esta campaña son los alumnos de cuarto de ESO, entre los que Opmega distribuirá material gráfico y audiovisual sobre el proceso de cultivo de mejillón, así como un juego de naipes con el que intentan transmitir la jerga propia de la batea.
Carlos Blanco es la cara de la campaña. El protagonista de un vídeo en el que anima a participar en el concurso de fotografía y vídeo convocado entre los estudiantes de cuarto de ESO con el trabajo en la batea por modelo.
Además, será el conductor de la gala en la que se entregarán los premios que obtengan los alumnos de los diez institutos participantes que presenten trabajo. Será el 10 de diciembre, en Vilagarcía. ¿Los premios? Vales de compra, camisetas y un viaje en catamarán para la clase del estudiante que resulte premiado.
Opmega está más que motivada con la iniciativa. Y convencida de que dará resultado. Que corregirá un error que se cometió dentro del propio sector, como fue no querer el oficio para sus descendientes y ver la batea como un último recurso, por si fallaban otras salidas laborales. Y, sin embargo, «é un traballo que cambiou moito, xa non é tan escravo como cando non había maquinaria», explica Ricardo Herbón, presidente de Opmega. Hoy hay grúas, clasificadoras, cepillos... una evolución brutal. La jornada laboral es otro de los atractivos, como la remuneración salarial, que, según Herbón, ronda los 1.500 euros o la proximidad a tierra.