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La venta de pulpo en la Costa da Morte cae un 73% en un año

Cristina Viu Gomila
Cristina viu CARBALLO / LA VOZ

SOMOS MAR

Ana García

Algunas cofradías plantean una veda más larga que la actual

12 nov 2020 . Actualizado a las 16:59 h.

Si el martes hubieran ido al pulpo solo cuatro embarcaciones en la Costa da Morte, el día de labor no hubiera sido malo, pero en los nueve puertos de la zona fueron muchas más, y lo que descargaron no dio más que para una veintena de familias. Así han sido las cosas desde que el 1 de julio se levantó la veda. A estas alturas del año, el pulpo debería ya llenar las lonjas, pero el martes apenas se desembarcaron 1.350 kilos y las cosas no tienen pinta de cambiar. Las nasas, que eran la principal herramienta de trabajo de la flota artesanal del área, se han convertido casi en un arte residual porque ya no dan para comer. Los precios no son malos, pero no compensa por la tremenda escasez.

Que en la Costa da Morte se descargue en un día poco más de una tonelada de pulpo es una catástrofe. Hay cofradías que llevan años pidiendo una veda mucho más amplia, que sea suficiente para que se recupere la especie. Es el caso de la de Fisterra. El patrón mayor, José Manuel Martínez Escarís, es de los que defienden desde hace tiempo la necesidad de aumentar el tiempo de veda, como era tradicional, pero otras entidades son contrarias. Ahora, al parecer, cada vez son más los que consideran que un mes no es suficiente. El asunto será uno de los principales a tratar en la próxima reunión de los pósitos de la provincia de A Coruña y también en la que tendrán las cofradías de la Costa da Morte, que hace ya años consiguieron pactar un plan conjunto.

Bajada del 70 %

Los números son muy claros con respecto a la situación del recurso. Desde que se levantó la veda se han vendido en las lonjas de la Costa da Morte apenas 32 toneladas de pulpo, solo un 27 % de lo descargado el año pasado en el mismo período. La cantidad de este ejercicio para toda la zona es mucho menos de lo que comercializó la lonja de Fisterra entre julio y noviembre del 2019.

Ello se explica también porque cada vez son más los que dejan las nasas en tierra y embarcan otras artes. El pulpo ya no da para vivir, pero lo peor es que las perspectivas son fatales. Los marineros comentan que no se ve en el mar pulpo de talla. El recurso se ha esfumado y nadie parece tener claro el motivo, pero desde varias cofradías urgen un plan para recuperarlo.

Otra de las cuestiones es que la escasez tampoco va acorde con los precios. No son malos, pero no compensan ni son esas fortunas que se hicieron en el 2018, cuando en agosto el cefalópodo rozó los 17 euros en lonja. La media no llega ahora a los 9 y el pico más alto también se logró en verano, con 13,9 euros.

Los naseiros, que en la Costa da Morte eran legión, echan de menos la campaña de verano y otoño del 2018, cuando en poco más de tres meses se embolsaron 1,3 millones de euros. Nada que ver con la situación actual, con solo 284.355 euros de ingresos.