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A cañonazos no se matan moscas

Sergio López GERENTE DE LA OPP DE LUGO

SOMOS MAR

BDRI

21 oct 2020 . Actualizado a las 12:27 h.

La propuesta de la Comisión Europea y del Ministerio de Pesca para proteger a los cetáceos en el Cantábrico y el golfo de Vizcaya es otro revelador ejemplo del «ustedes mandan, pero no saben», el «zasca» de los sanitarios a gobernantes y políticos.

Como en las costas francesas se ha detectado un aumento de los varamientos de delfines, han mandado imputarlo solo a la pesca. Ni mencionan otros potenciales impactos sobre esos y otros cetáceos. Por ejemplo, transporte marítimo, náutica de recreo, industria petrolífera o minería submarina. Espoleado por oenegés, el comisario de Pesca de la UE amonestó a Estados como España y Francia por incumplir la Directiva de Hábitats. Inmediatamente se han propuesto medidas urgentes, como vedar ciertas zonas de pesca y combatir la posible incidencia de las pesquerías.

En Galicia y el Cantábrico hay barcos con más de 30 años de antigüedad que nunca han visto una sola interacción de sus redes con cetáceos. Los expertos concluyen que el principal riesgo para esas especies protegidas es el arrastre pelágico, arte de pesca prohibido en España, pero que aún usan Francia o Irlanda. Aunque debe saber que la flota española no emplea esas redes, ante la falta de datos claros, Pesca ha adoptado medidas que afectan a casi todas las flotas. Como «mandan, pero no saben» con qué artes pueden interactuar los cetáceos, restricciones, otra ración de demagogia y política verde de escaparate y galería.

No les importa que los pescadores no obtengan ningún beneficio capturando cetáceos. Todo lo contrario, porque, además de interferir en su labor, la pesca accidental y nunca deseada de especies protegidas perjudica la imagen de los primeros interesados en preservar la biodiversidad, supervivientes en el mar azul que políticos y gobernantes tiñen de verde. Esa sí es una incontestable realidad de la que tampoco quieren saber quienes mandan en la UE y España. Quizá porque se han habituado a gobernar a golpe de eslogan, creando problemas en lugar de resolverlos, y sin unidad ni consenso para afrontar adversidades tan trascendentales como el covid-19. Y mientras la gente sigue muriendo, en la pesca matan moscas a cañonazos.