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El CSIC estudia las cigalas desde un observatorio submarino en Irlanda

Europa press MADRID

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Filman los movimientos y la actividad del crustáceo a 20 metros de profundidad en la bahía de Galway

10 jul 2020 . Actualizado a las 18:18 h.

Investigadores del ICM-CSIC estudian el comportamiento de la cigala (Nephrops norvegicus) a través de un observatorio submarino que está a 20 metros de profundidad en la bahía de Galway (Irlanda), dentro del European Multidisciplinary Seafloor and water column Observatory (EMSO), que recopilará datos de esta especie de gran valor comercial durante un año.

El estudio forma parte del proyecto Smart Lobster, en el que participan investigadores del Institut de Ciencies del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona y del Marine Institute (MI) de Galway.

La presión pesquera es una de las grandes amenazas que planean sobre la especie, afectada sobre todo por artes de pesca como el arrastre, que destruye las galerías que estos decápodos excavan en fondos blandos para refugiarse.

Las cigalas permanecen en esta especie de túneles durante el día y salen de noche para buscar comida, con lo que estudiar el comportamiento y estimar el stock de la especie no es precisamente fácil. Se necesitan programas de monitoreo exhaustivos, como lo es el proyecto Smart Lobster.

El programa, financiado por la infraestructura Europea Marina EMSO (European Multidisciplinary Seafloor and water column Observatory), se acaba de poner en marcha y tiene como objetivo principal monitorizar el comportamiento de la cigala a partir de filmaciones de sus movimientos y de su actividad.

Para ello, los investigadores se servirán de un observatorio submarino ubicado a 20 metros de profundidad frente a la costa de Spiddal -un pequeño pueblo de la bahía de Galway-, donde se encuentra uno de los mayores caladeros de esta especie en el Atlántico Nororiental.

Desde este observatorio, bautizado con el nombre de SmartBay, se recopilarán de forma continuada imágenes de las cigalas, lo que permitirá estudiar, por ejemplo, cómo excavan estos crustáceos las galerías en las que se refugian.

Los expertos, entre los que se encuentran Jacopo Aguzzi, Joan Company y Joan Navarro del grupo Funcionamiento y Vulnerabilidad de los Ecosistemas Marinos del ICM-CSIC, analizarán el papel de los factores ecológicos y ambientales que influyen en la excavación de estas galerías, como lo son las interacciones territoriales socialmente agresivas y la presencia de presas o depredadores.

Según la institución científica, el proyecto contribuirá a realizar una mejor evaluación del stock de la especie, ya que según apunta Jacopo Aguzzi, «todos estos factores crean indeterminación en las evaluaciones que se hacen a través de campañas de arrastre, ya que los animales son capturados solo cuando están fuera de las galerías».

En el marco del proyecto Smart Lobster, los investigadores del ICM-CSIC y del MI sumergieron el pasado 27 de mayo un marco de acero para monitorizar el comportamiento de 15 individuos durante los próximos 12 meses.

Según ellos, esto permitirá estandarizar los datos demográficos de la especie obtenidos con redes de arrastre y trineos remolcados por barco. «Los observatorios costeros como el SmartBay representan una excelente oportunidad para el desarrollo de estudios piloto como este, que deben servir para avanzar tecnológicamente en los enfoques de evaluación de stock más clásicos, proporcionando nuevos datos ecológicos de manera multidisciplinaria y altamente integrada», expone Aguzzi.

A este respecto, Alan Berry, que dirige el EMSO, subraya que observatorios como el de la bahía de Galway «facilitan la investigación científica y la producción de nuevos conocimientos para mejorar la gestión del ecosistema marino».

En España, por ejemplo, existe el OBSEA, un observatorio submarino ubicado muy cerca del municipio costero de Vilanova i la Geltrú que también forma parte del EMSO.

El EMSO es un organismo europeo distribuidor de datos científicos marinos del que forman parte 11 observatorios oceanográficos ubicados en sitios estratégicos que van desde el Atlántico norte hasta el Mar Negro.

El objetivo de esta infraestructura es proporcionar datos sobre propiedades y procesos ambientales relacionados con las interacciones entre la geoesfera, la biosfera y la hidrosfera.