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Una avalancha de clientes agota en pocas horas las existencias de sardina

La Voz REDACCIÓN

SOMOS MAR

ANA GARCIA

El kilo se vendió entre 8 y 12 euros, aunque en puntos como Carballo se disparó a 18

23 jun 2020 . Actualizado a las 18:33 h.

«A sardiña non chegou a nada», sentencia la pescantina de Ribeira María Mayán. Ella, como todos los demás puestos del mercado de la ciudad, agotaron en tiempo récord la especie estrella de San Xoán. «Ás oito da mañán», Mayán ya tenía «xente á porta para mercar». «Nunca tal cousa se viu», comenta otra pescantina del mismo mercado. En Ribeira, el medianillo de Rianxo se vendió a 8 euros el kilo, igual que en Boiro, mientras que los primeros lotes de sardina se comercializaron a 10 euros. Los de menor tamaño podían conseguirse por 6.

En Noia, sin embargo, las placeras optaron por fijar una tarifa única: «Vendemos todo a 8 euros o kilo, tanto a de Rianxo como a de Portosín», explica Rosa Blanco. Indica esta pescantina que a las nueve de la mañana ya había clientes: «Ás 10.30 eu xa tiña despachadas as 12 caixas que trouxera».

Los vendedores atribuyen esta elevada demanda al hecho de que, al no haber hogueras comunitarias y colectivas a causa de la pandemia de covid-19, la gente ha optado por reunirse en familia para asar carne y pescado. De la avidez de los clientes también da fe la ribeirense Marisa Fernández, que dio salida a 10 cajas en un abrir y cerrar de ojos. Y eso sin contar con los pedidos previos que tenía. Sobre las 12.30 horas, cuando no había ni rastro de sardina en la plaza de abastos de Ribeira, la pescantina Eva Luna llegó con tres medias cajas conseguidas «dun barco que acaba de descargar». En total, 28 kilos que los clientes que en ese momento tenía delante del mostrador le quitaron de las manos en un suspiro. El contenido de la primera caja no duró ni diez minutos en el aparador.

«E máis que houbera»

Algo parecido ocurrió en la plaza de abastos de Cambados. La sardina «vendeuse hoxe a 8 euros o quilo e máis que houbera», decían las placeras, pues «ás 10.30 xa se esgotara». El precio fue un poco más alto que el del día anterior, cuando se vendió el kilo a seis euros y es similar al del pasado sábado. «A sardiña é de boa calidade. A de tamaño grande que se descarga en Vigo chegou aos 12 euros, pero veu en moita menor cantidade», apuntaban. Pero no fue lo único que voló en Cambados. El jurel, que se vendía a 7 euros, también se agotó rápidamente.

De 10 a 16 euros en Ferrol

«Pensamos que al no haber hogueras oficiales no iba a venir tanta gente en busca de sardinas, pero la verdad es que sí que está habiendo bastante demanda, tanto de particulares como de restaurantes», comentaba la pescantina Esmeralda Prieto, con puesto en el Mercado da Magdalena en Ferrol. Ayer se registró un gran trasiego en busca del producto estrella de la noche. Y tanta demanda se notó en el precio. La pequeña se vendía a 10 euros; y la más grande, entre los 15 y los 16. Poco por debajo de los 18 que se pidieron en Carballo, donde la sardina se agotó también en pocas horas. Algunos puestos de la plaza no tenían existencias poco después de las diez de la mañana. Muchos establecimientos ya recibieran encargos el día anterior y ayer por la mañana se formaron largas colas a pesar de tan disparado precio.

«Os compradores puxaron ben polo peixe e houbo para todos»

En el puerto de Malpica, el primer barco que atracó con el tope de sardina completo fue el Nuevo Tres Costas. Pasaban de las doce de la noche cuando descargaba los 1.500 kilos permitidos, que se vendieron a unos 8 euros. Muro de Fontán y Romay Veres fueron otras de las embarcaciones que también hicieron una buena captura. La semana pasada, la sardina se vendió en la lonja malpicana a un precio máximo de 3,5 euros el kilo. Cifras, todas ellas, que vuelven a demostrar que un año más, el precio de esta especie se dispara por San Xoán.

El armador de Portosín Miguel Martínez, comentaba que «a sardiña xa molla o pan» e indicaba: «Collemos o tope». El precio máximo en la rula de Portosín llegó a 10,05 euros el kilo, mientras que en Ribeira estuvo en 9,30. Sin embargo, la flota sabe que estas tarifas son cosa de un día y muchos ni tan siquiera saldrán a trabajar hoy para, como indicó Miguel Martínez, «asar na casa coa familia».

En A Coruña no hubo tal avalancha de clientes como en años anteriores, pero hubo demanda y «o prezo aguantou ben», explicaba Andrés García, portavoz de la Asociación de Armadores del Cerco de Galicia (Acerga). Casi todas las embarcaciones cogieron el tope de 1.500 kilos, grandes en su mayoría. En lonja, la grande se pagó entre 8 y 10 euros; el medianillo, a 4. Los primeros barcos subastaron poco después de la una y media de la madrugada y los últimos a mediodía de ayer. «Os compradores puxaron ben por elas e houbo para todos».

Información elaborada por A. Gerpe, M. Rodríguez, B. Antón, B. Costa y E. Abuín.