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El plástico, «el gran demonio del medio» en general y el marino en particular

La Voz

SOMOS MAR

MONICA IRAGO

El investigador del IEO Jesús Gago señala que el abuso y mal uso del material se ha incrementado con la pandemia

04 jun 2020 . Actualizado a las 20:21 h.

La Innovación para un océano sostenible fue el asunto que ayer se abordó en el ciclo con el que Afundación, la obra social de Abanca, conmemora las efemérides del Día Mundial del Medio Ambiente, por una parte, y el de los Océanos por otra. En su programa, los mezcla y los analiza desde diferentes perspectivas. Esta tarde tocó toxinas, plásticos y acuicultura. Se ocuparon Francisco Rodríguez, Jesús Gago y Montse Pérez, todos investigadores del IEO y, por ese orden, especialistas en esas materias.

Francisco Rodríguez admitió que cada vez son más frecuentes los episodios tóxicos, que se producen, además, en zonas en las que antes no se conocían y eso constituye un problema para la salud pública, pero como contrapunto están las mejoras tecnológicas habidas para detectar esas floraciones de microalgas nocivas. En este sentido señaló que las hay muy novedosas, con medios satelitales.

De los plásticos se ocupó Jesús Gago, oceanógrafo químico del IEO de Vigo, que lidera varias investigaciones sobre basuras marinas a nivel nacional e internacional. Gago se refirió a este material como «el gran demonio del medio», por más que la industria del plástico alegue que ha venido a desplazar a otros materiales más contaminantes. Un problema que se ha intensificado a raíz de la pandemia del covid-19, donde el abuso y, sobre todo, el mal uso ha hecho ya encontrar guantes y mascarillas en lugares inadecuados.

Cierto que es un tipo de contaminación más mediática que otra, como puede ser la atmosférica o la de metales pesados, porque también es la más visible. «Ver el estómago de una ballena lleno de plástico es impactante, por más que la muerte del animal se haya producido por otra causa» que nada tiene que ver con esa ingesta.

Gago también se refirió a los microplásticos, cuyo impacto sobre la salud está en estudio, dado que, además de trasladar a otros organismos esa sopa de elementos químicos que son los plásticos, hace de vector para trasladar otras sustancias. Y sí, los productos marinos tienen microplásticos, pero en su favor hay que decir que «la cantidad es pequeña en comparación con los que presenta el agua embotellada, la cerveza u otro alimento», explicó el investigador del IEO.

Montse Pérez es la responsable de la planta de acuicultura del Oceanográfico de Vigo. Pero su especialidad es la genética molecular de moluscos y peces. Y la genética es importante en acuicultura, donde lleva aplicándose la intemerata de años, pero también es útil en la pesca salvaje. «Los genes están en todas partes y, por tanto, la genética tiene muchas aplicaciones para todo: para identificar especies tóxicas, para el estudio de la biodiversidad, para verificar la trazabilidad...» Montse Pérez expuso cómo esas técnicas son importantes para identificar pesca ilegal, para diferenciar stocks de peces o para certificar el origen del pescado incluso cuando este está rebozado o transformado.