Patrocinado porPatrocinado por

El cerco exige más sardina al saber que ya hay la que se buscaba para el 2023

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

ANA GARCIA

Biólogos lusos calculan una biomasa de 394.710 toneladas de Caminha a Gibraltar

26 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Para el cerco gallego no hay duda: la sardina está recuperada. Más que reconstituida, dado que se ha superado ahora, ya este año, el objetivo de biomasa que España y Portugal se habían marcado para el 2023 dentro del plan de recuperación con el que ambos países quisieron esquivar el establecimiento de un total admisible de capturas (TAC) y cuotas para una especie pelágica que, con la anchoa y el jurel, da aire a un segmento de flota que en Galicia está compuesto por 152 embarcaciones.

Entre Gibraltar y Caminha nadan 394.710 toneladas de sardinas. Es la biomasa que han calculado los científicos portugueses del IPMA (Instituto Portugués do Mar e da Atmósfera) en el marco de la campaña de investigación Pelago20, que evaluó las existencias de sardina y bocarte en aguas portuguesas. Así es que, según el sector, y por mucho que los científicos del ICES consideren «no precautorio» el plan de gestión, lo cierto es que en el tercer año de aplicación se ha alcanzado el objetivo fijado para el 2023. Lo de alcanzar es un decir, porque, en realidad, la biomasa que hay ahora es un 46 % superior a las 269.958 toneladas que se perseguían para dentro de tres años.

El sector celebra los «excelentes resultados» que confirman lo que venían diciendo Los resultados de la campaña de prospección fueron presentados por el IPMA a los pescadores portugueses. Son buenos. Muy buenos. Pero no sorprendentes. Al menos no para los cerqueros gallegos, que ya se los esperaban. Eso sí, «nos alegramos porque no hacen más que validar nuestras afirmaciones de que la sardina está completamente recuperada», explica Andrés García, portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga).

Datos alentadores

El de la biomasa no es el único parámetro que infunde optimismo. El nivel de reclutamiento y la abundancia de sardina de más de un año arrojan también datos alentadores. De estos últimos ejemplares hay, según los científicos, más de 400.000 toneladas, por lo que el sector cree que «la sardina debe pasar a engrosar la lista de especies que cumplen con el objetivo de la UE de explotar y mantener el recurso en niveles de rendimiento máximo sostenible (RMS)».

Por tanto, para Acerga, el escenario «de baja productividad debe ser inmediatamente ajustado a la nueva realidad del stock de sardina ibérica». Y, en consecuencia, se debe corregir al alza el límite de sardina que se puede capturar. Hay margen suficiente para pescar 40.000 toneladas, aseguran. Y, sin embargo, solo disponen de 9.500 hasta el 31 de julio. De ese total, a la flota del Cantábrico le corresponden 1.860 y solo los barcos de Acerga han consumido en torno a 370 a un mes escaso de su punto de mayor demanda.

Los profesionales creen que debe incluirse entre las especies gestionadas de forma sostenible Desde la agrupación apuntan que el sacrificio que ha hecho el sector a lo largo de los últimos cinco años de bajas capturas «no debe caer en saco roto», sobre todo porque llevan tiempo «advirtiendo de que la flota está al límite de su resistencia» y corre el riesgo de que muchos barcos acaben en la ruina por un exceso de precaución.

Para España y Portugal es fácil corregir la situación, «basta con dictar una resolución». Una norma que eleve las posibilidades de captura de la especie.

Acerga pide a los científicos que tengan en cuenta los nuevos datos al evaluar la situación 

Los cerqueros gallegos confían en que los «excelentes resultados» obtenidos en el marco de la campaña Pelago20 sean tenidos en cuenta por el grupo de trabajo del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar), que se reúne esta semana para evaluar la situación de la sardina y otras especies pelágicas, como el jurel, la anchoa o la caballa. Los profesionales esperan «que se valoren las medidas y los resultados del plan de gestión de la sardina de los Gobiernos de España y Portugal» y, por tanto, «se analicen las consecuencias de estos datos en términos de alteración del escenario de productividad, y ante un stock totalmente recuperado y sostenible en términos de rendimiento máximo sostenible». Porque, a su juicio, la evaluación cambia por completo el análisis del 2017 y, por tanto, deben actualizarse las recomendaciones de captura de sardina para aplicar una tasa de mortandad por pesca más elevada, «del 0,12 como límite máximo para una especie que está totalmente recuperada y en niveles de explotación sostenibles».

El colectivo espera que los científicos que asesoran a la Comisión no se escuden en la falta de datos derivada de la suspensión de la campaña Pelacus20, que debía analizar la cantidad de biomasa de sardina y otros pelágicos en Galicia y el resto del Cantábrico, pero fue suspendida por la irrupción del coronavirus. Y es que, «de haberse llevado a cabo, estamos más que seguros que arrojaría un resultado tan extraordinario como la Pelago20 de Portugal.