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A la pesca le preocupa la política verde de la UE, y a la acuicultura le satisface

s. serantes REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Europeche y Cepesca se oponen a crear áreas protegidas en un tercio de los mares de la UE porque reduciría las posibilidades de pesca de barcos como los más grandes de la imagen, atracados en Celeiro
Europeche y Cepesca se oponen a crear áreas protegidas en un tercio de los mares de la UE porque reduciría las posibilidades de pesca de barcos como los más grandes de la imagen, atracados en Celeiro PEPA LOSADA

Vivir de los peces cambiará con las estrategias Biodiversidad y De la Granja a la Mesa

23 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

De momento es una propuesta, pero cuando la Comisión Europea la hace pública casi nadie duda de que más tarde o más temprano acabará aplicándola. Incardinadas en el Pacto Verde Europeo, esta semana ha lanzado dos de las líneas maestras de la política de la UE. Bautizadas como estrategias Biodiversidad y De la Granja a la Mesa, ambas se complementan, trazando rumbos hacia el uso sostenible del mar y de la tierra y, paralelamente, hacia un sistema alimentario sano y respetuoso con el medio ambiente. Ambiciosos «objetivos vinculantes» recibidos de modo desigual por los pescadores que extraen productos del mar y por los acuicultores que crían peces. A los primeros les preocupa y a los segundos les satisface.

«Se refuerzan mutuamente, aúnan la naturaleza, los agricultores, los acuicultores, los pescadores, las empresas y los consumidores para trabajar conjuntamente hacia un futuro competitivo y sostenible», proclama la Comisión. La UE vuelve a abanderar «acciones y compromisos ambiciosos para detener la pérdida de biodiversidad en Europa y en todo el mundo, y transformar nuestros sistemas alimentarios en estándares globales para la sostenibilidad competitiva, la protección de la salud humana y planetaria, así como los medios de vida de todos los actores de la cadena de valor alimentaria».

En menos de diez años

Porque vivir de los peces no será igual a medida que se vayan aplicando reglas aún por concretar, el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación lanzó varias reflexiones. Las propuestas de la Comisión hay que discutirlas y negociarlas, «no pueden ser una carga económica que los pescadores no puedan soportar», deben conciliar la sostenibilidad medioambiental con la económica y la social y los Estados han de contar con tiempo suficiente y flexibilidad para adoptarlas, declaró Luis Planas. En menos de diez años, con 2030 como horizonte, la estrategia Biodiversidad pretende «la transformación de al menos el 30 % de las tierras y mares de Europa en áreas protegidas administradas de manera efectiva». Según la Comisión, deparará «beneficios económicos a las comunidades locales, creando empleos sostenibles y crecimiento».

Europêche, asociación a la que pertenece Cepesca, la gran patronal española de la flota, reacciona con «estupefacción». Tilda la propuesta de «discriminatoria porque socava la viabilidad del sector pesquero europeo, al mermar su productividad y su capacidad para seguir invirtiendo en políticas de mejoras sociolaborales y medioambientales, factores estos despreciados» por la Comisión. En opinión del sector, «convierte a los mares en parques temáticos de ocio y de extracción de energía sin tener en cuenta el impacto ambiental de estas actividades en las poblaciones y los ecosistemas marinos».

«Nula utilidad»

Contrarios a convertir un tercio de los mares europeos en reservas marinas, Europêche y Cepesca abogan por «ser prudentes y racionales». Califican ese porcentaje de «arbitrario», se inclinan por aplicar «criterios científicos para la selección de las herramientas de gestión más eficaces» ya que, en su opinión, las áreas marinas protegidas son «un instrumento propagandístico.

Cepesca se remite a un estudio de científicos ingleses y americanos sobre el impacto un área protegida de 640.000 kilómetros cuadrados en las poblaciones de atunes tropicales del océano Índico. Diez años después de establecerla, «queda en evidencia porque se ha demostrado su nula utilidad como herramienta exclusiva para la gestión de especies altamente migratorias».

«Aprecia el papel relevante»

Para su plan De la Granja a la Mesa, la Comisión Europea atribuye a los pescadores y acuicultores «un papel clave en la transición hacia un sistema alimentario más equitativo y sostenible». Anuncia «apoyo a través de nuevas fuentes de financiación y esquemas ecológicos», augurando que con una «marca europea sostenible se abrirán nuevas oportunidades de negocio y se diversificarán las fuentes de ingresos». Entre otros objetivos, la UE aspira a reducir a la mitad el uso de antibióticos en la acuicultura.

Apromar, la patronal española de los peces de crianza, «aprecia el papel relevante» que le otorga la estrategia De la Granja a la Mesa. Especialmente porque los productos de la acuicultura «generan una huella de carbono menor que la producción animal en tierra, y deben promoverse». Invocando «la necesidad de garantizar un sustento justo para los productores primarios europeos, que arrastran muchas dificultades de subsistencia», considera que la UE debe incluir «medidas para mejorar los ingresos».

Competir en igualdad

Convencida de que promover un sistema alimentario sostenible «debe ser una oportunidad económica», Apromar se felicita porque esa propuesta de la UE incluya más información al consumidor, ahora «no suficiente» en el pescado, sobre todo en el de importación, que en el futuro escenario competiría «en igualdad de condiciones» con el europeo.