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La flota gallega llega al País Vasco para iniciar la costera del bocarte

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

La incertidumbre sobre si habrá pescado y si el mercado lo absorberá marcan el arranque de la campaña

20 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A bordo del Ardorán, su patrón y armador, Eduardo Carreño, y otros once marineros se hacían a la mar el viernes pasado, después de más de 20 días de inactividad. Desde el 26 de marzo, que entraron en aguas gallegas procedentes del País Vasco, donde habían estado participando en la costera de la xarda, no habían vuelto a virar la red de cerco.

Carreño amarró aquel día el barco en Portosín y decidió presentar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por causas de fuerza mayor, dado que tenía serias dificultades para conseguir mascarillas y otros equipos de protección, lo que ponía en riesgo a unos marineros que no pueden guardar la distancia social que los dejaría a salvo de contagiarse unos a otros. Pero le fue denegado por la Administración gallega y desistió de recurrir la decisión.

Ahora que levantan bandera allá en el País Vasco y permiten pescar anchoa, y con los ingresos que reportó la xarda ya casi consumidos, el viernes emprendieron la ruta hacia Ondárroa. No era la del Ardorán la única estela que marcaba rumbo al este. Varios barcos llevaban misma dirección para hoy poder empezar la costera de bocarte.

Algunos pesqueros ya están en los puertos vascos. Sus tripulaciones partieron ayer de Galicia en autobús. Más autocares de los habituales, dadas las limitaciones que el estado de alarma impone para el desplazamiento de personas en vehículos. «Antes íbamos os homes de catro barcos nun único autobús», recuerda el armador sonense; ahora hay casos en los que un vehículo colectivo no es suficiente y es preciso movilizar furgonetas y turismos.

Hoy saldrán a buscar anchoa entre mucha incertidumbre. «Non sabemos cómo se portará o mercado, se haberá demanda das fábricas, se hai anchoa, de que tamaño é...»

Topes de capturas

Para empezar y sondear cómo recibe el mercado las capturas, las organizaciones de productores han decidido rebajar los cupos diarios. Podrán pescar 6.000 kilos al día -en lugar de los 10.000 que habían sido inicialmente pactados- los barcos que tengan una tripulación de doce personas o más; 4.400 -en vez de 6.000- si no se llega a esa mano de obra. Tiempo habrá para elevar esos límites. Primero hay que saber si se asumirán esas cantidades y los precios a los que se cotizan el boquerón.

La flota gallega cruza los dedos para que no se tuerzan los renglones de la que es, tras la del verdel y la temporada de la sardina, uno de los pilares de la flota cerquera.