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Espaderos calculan que la depreciación les hará perder 9,3 millones en ventas

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

M.MORALEJO

Piden al Estado que cubra la diferencia de precio de las 11.000 toneladas que alijan

07 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La flota espadera gallega -compuesta por más de un centenar de palangreros de superficie con base en Galicia y otros de capital gallego pero bandera extranjera- ha hecho un llamamiento al Gobierno para que lance cuanto antes el salvavidas que Bruselas ha enviado en forma de medidas extraordinarias y evitar así el naufragio de este sector, castigado por el cierre de sus principales mercados a raíz de una crisis sanitaria que ha estallado justo en el momento de mayor actividad.

Obligados como están a seguir pescando por ser un sector esencial e incluso impelidos a prolongar las mareas más de la cuenta por todos los problemas que tienen para relevar tripulaciones, se encuentran con que la contracción de la demanda los ha dejado con 11.000 toneladas de quenlla, marrajo y pez espada todavía sin vender. Y que tendrán que malvender, puesto que la situación ha generado un caldo de cultivo ideal para la especulación y, según exponen los afectados, «algunos productores se ven forzados a comercializar su producto por debajo del precio de producción». En el análisis que han hecho las organizaciones del sector -Opromar, Orpagu, OPP-7 Lugo, OPPC-3, Anecteam y FIP Blues-, calculan que van a dejar de ingresar 9,3 millones de euros por la depreciación que han sufrido las especies que capturan. Es la diferencia que hay entre la facturación que esos once millones y medio de kilos que tienen alijados tendrían con los precios medios del 2019 y la que arroja la multiplicación por el que se obtuvo en marzo pasado, un 38 % más bajo en el caso de la tintorera, casi un 20 % para el espada y un contenido 3 % menos para el marrajo.

Cubrir la diferencia

Frente a esa caída de precios, los costes del buque, aunque varían de un barco a otro según su tamaño, edad y número de tripulantes, son fijos. Por eso urge instaurar cuanto antes medidas de apoyo por parte del Gobierno similares a las que se han orquestado para otros sectores. De esta manera, los palangreros de superficie reclaman al Estado que durante tres meses, contados a partir que se decretó el estado de alarma, cubra la diferencia entre el precio del pescado desembarcado en la actualidad y el que tenía en esta época el año pasado. Para eso habría que activar los mecanismos de control de cotizaciones a través de las organizaciones de productores pero con financiación del Estado, además de asegurar precios de intervención justos, que permitan cubrir los gastos de explotación y vigilar que lo que se cobra al consumidor final sea proporcional al coste intervenido en origen. Estas acciones «suponen un intento honesto de cerrar la brecha entre la viabilidad económica y la incursión continua de la deuda, en ausencia de un mercado para nuestro producto», apuntan los afectados. Y es que, algunos productos, como la quenlla en fresco, se han depreciado un 50 %.

Los espaderos subrayan también la conveniencia de echar mano con carácter de urgencia a las medidas recién bendecidas por Bruselas. Así, piden que se publiquen cuanto antes las bases reguladoras de las ayudas de mínimis, que se incrementen al 12 % del valor de la producción si es necesario los apoyos a los planes de comercialización y que se eleven al 100 % las ayudas a las organizaciones de productores.

Ayudas al almacenamiento

Sin embargo, creen escasas las opciones para almacenar temporalmente productos de la pesca -un cuarto de la producción-, por lo que piden al Gobierno que negocie «la recuperación del mecanismo de almacenamiento, así como su activación sin limitación de ningún tipo y por el tiempo que sea necesario». Las ayudas a la paralización temporal también deberían agilizarse y convendría, a juicio de los productores, que el Gobierno estudiase la posibilidad de aplazar el pago de hipotecas marítimas y la suspensión de las tarifas de puerto.