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«El problema es el frío, pero es mejor que estar expuestos al contagio»

emiliano mouzo A CORUÑA / LA VOZ

SOMOS MAR

Emiliano Mouzo

Compradores de la lonja de A Coruña hacen cola para recoger sus pedidos telefónicos u «on-line». El precio del pescado sigue cayendo

26 mar 2020 . Actualizado a las 09:52 h.

Están acostumbrados a ver colas delante de su mostrador. Pero no a hacerlas para recoger su mercancía. La crisis del coronavirus está poniendo el mundo del revés. Introduciendo cambios que se asumen con toda docilidad y que en otra situación serían impensables. Porque ¿quién diría que una placera o un mayorista comprarían pescado sin poder verlo delante? Y, sin embargo, eso ha ocurrido.

El Muro ha tenido que reforzar las medidas para evitar la propagación del virus y por eso ha suspendido las subastas presenciales de los productos de la bajura y de litoral. Las pujas se realizaron ayer vía teléfono o por Internet a las casas subastadoras, que previamente habían informado a los clientes sobre las especies que tenían a la venta y las artes con las que habían sido capturadas, así como sobre su calidad. Y mayoristas y minoristas pujaron. Así, de oídas y leídas.

No fue la fórmula de venta el único cambio en los hábitos. También el horario es nuevo. Más madrugador. Mucho más. «Algunos estábamos aquí a las cuatro y media de la madrugada», contaba Manolo Cibeira, subastador de la lonja de A Coruña. Entraron en las salas en pequeños grupos, de 20 profesionales a lo sumo. Marcaban pescado y marisco con el nombre de los adjudicatarios y salían de la rula.

En el exterior, en las inmediaciones del cantil del muelle, pegados al mar, esperaban en fila los compradores, guardando el metro de distancia social que recomiendan las autoridades «El único problema es el frío que hace, pero preferimos esto y no estar todos juntos y arremolinados en el interior, exponiéndonos al contagio», dice Suárez, propietario de una pescadería.

También en grupos de 20 personas accedían al interior para hacer acopio de lo que se habían adjudicado y salían con sus cajas: «No podemos ni preparar el pescado aquí, como antes. Le ponemos un poco de hielo y nos vamos», comentaba otra pescadera.

Abastecimiento garantizado

Eso sí, a pesar de todas las dificultades, la pesca sigue pescando. Tanto que «no hay desabastecimiento de ninguna especie», comentaba Juan, minorista de la plaza de Lugo. De pescado, porque marisco sí falta, y mucho. También se echa de menos a clientes y a vendedores, pues muchos puestos han cerrado. «La gente no baja como antes a las plazas, tiene miedo al contagio, por lo que los puestos de marisco no se arriesgan a bajar al Muro a comprar, a no ser sobre pedido», dice Lucía, otra pescantina coruñesa.

Los exportadores también pudieron atender a sus clientes y enviar sus productos a los mercados centrales: Mercamadrid, Mercabarna, Mercazaragoza... y hasta a pescaderías de Huelva. Distinto es enviar al exterior: «Ya no podemos enviar pescado ni marisco a Italia, Francia, Grecia...».