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Armadores gallegos luchan con papeles contra los recelos hacia la merluza

Susana Acosta
Susana Acosta REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

YULIA IGNATOVA

La flota que faena en Mauritania se hace con certificados de que está libre de anisakis

09 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Lo hacemos para defender nuestro producto». Así de tajante se muestra una de las empresas que lidera la captura de merluza negra en Mauritania y que se ha visto obligada a adoptar medidas para protegerse de los recelos que hay en el mercado del fresco por la presencia de anisakis en esta especie. Su arma de defensa consiste en solicitar un informe sanitario a la lonja de Cádiz -rula por la que pasa este pescado antes de ser comercializado y distribuido por todo el país-, que garantiza que el producto que se dispensa está libre de anisakis. Y de otras sustancias, aunque es este parásito en concreto el que está trayendo por la calle de la amargura a los armadores gallegos que comercializan esta especie en fresco. Denuncian que algunas grandes superficies ya rechazan venderla y apuntan también a «ciertos intereses» privados para ocupar el hueco vacío que podría dejar la merluza fresca en el mercado introduciendo pescado congelado o especies que se crían en acuicultura.

«Certifico que las descargas del buque Virgen de Consolación han sido muestreadas según nuestro sistema de autocontrol, que incluye inspección de histamina, plomo, cadmio, mercurio, coliformes, salmonela y anisakis, siendo todos los resultados correctos», indica el documento acreditativo firmado por la Autoridad Portuaria de Cádiz y expedido a los tres barcos que faenan en Mauritania y que pertenecen a la empresa Pesca Rosales, afincada en Marín.

Otro control en Algeciras

Además de esa comprobación, el armador gallego indica que en el puesto de inspección fronterizo (PIF) de Algeciras también se realizan controles sanitarios todas las semanas: «Podemos afirmar que el consumidor final puede estar tranquilo. La gente puede comer pescado fresco sin problema, porque además el anisakis no está solo en la merluza, afecta a otras muchas especies y si se cocina o se congela tampoco supone ningún problema. Tenemos un pescado fresco incomparable en nuestros mares», afirma el armador Eladio Rosales.

«Si nuestro pescado no tiene anisakis tenemos que decirlo, porque vemos que hay un rechazo grandísimo hacia la merluza fresca. Y si no estás enfermo, no tienes por qué decir que lo estás cuando no es así. En lo de la campaña de anisakis están metiendo a todo el pescado en el mismo saco», denuncia Rosales.

Alarmismo

Para emitir este certificado, el armador aclara que se toman muestras de las capturas y se analizan en el laboratorio. Se trata de un informe que se rige por las exigencias de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y que se emite solo «a petición del interesado».

No es la primera vez que el sector denuncia que «el alarmismo y la desinformación» sobre el anisakis restan valor al pescado fresco, disminuyen su consumo y siembran dudas sobre la seguridad sanitaria.

Cocinar a 60 grados o congelar a menos de 20 grados durante 5 días es suficiente

El anisakis es un parásito que se puede encontrar en el pescado salvaje, no solo en la merluza, y en los cefalópodos como el calamar, el pulpo o la sepia, entre otros. Si se consume crudo, sin tomar una serie de precauciones mínimas, el pescado infestado puede provocar alteraciones digestivas y reacciones alérgicas que, en algunos casos, pueden llegar a ser graves. Pero se trata de casos excepcionales. Y con unas sencillas precauciones, anómalos.

A menos que se quiera comer sushi o en crudo, el pescado fresco siempre se consume cocinado. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), al elaborarlo debe alcanzar los 60 grados en toda la pieza durante al menos un minuto, aunque el tiempo también dependerá del grosor de la unidad. «La cocción, fritura, horneado o plancha son preparaciones que destruyen el parásito», al alcanzar esa temperatura. Otra opción puede ser congelarlo a menos 20 grados durante cinco días si se va a comer crudo. Con los crustáceos como la langosta, el langostino, el bogavante, la gamba, el camarón, la nécora, el centollo… la Aesan recomienda seguir la misma regla: «Prepárelos cocidos o a la plancha». Si va a comer pescado crudo, deberá congelarlo y así garantiza que el parásito no sobreviva a esa baja temperatura. Eso sí, los 20 grados bajo cero solo se alcanzan en frigoríficos de tres estrellas o más. Si no es el que tiene en casa y quiere comer pescado crudo, mejor compre el pescado ya congelado.