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El kilo de centolla alcanza los 29,5 euros en su primer día de campaña

C.Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

A pesar del frío, la flota grovense aumentó las ventas hasta las 3,3 toneladas

12 nov 2019 . Actualizado a las 09:55 h.

El tiempo en la mar lo es todo. Esté en calma o embravecido, no hay un solo patrón que salga a faenar sin las previsiones meteorológicas en la mano. Más aún si el negocio le va en ello.

En la madrugada del lunes los termómetros apuntaban a que habría frío. Un mal augurio para el centenar de barcos grovenses que a las 00:00 ponían rumbo a la caza a la centolla y el buey.

La primera jornada de la temporada de pesca había comenzado. Las horas transcurrieron sin sobresaltos y sin demasiada euforia cuando tocó volver, atracar en puerto y vender la mercancía. «O clima frío non beneficia á pesca», advertía el patrón mayor de O Grove, Antonio Otero, durante la segunda parada en lonja. Si algo saben los pescadores más avezados es que cuando cae el mercurio, el crustáceo se esconde. 

Más pulpo, menos centolla

No fue el último contratiempo que amenazó con echar al traste la primera jornada de la campaña más importante para el sector a 44 días de la Navidad. «A lúa chea de mañá (hoy) tampouco é boa para a pesca do centolo», aseguró Otero. Para completar la tríada de infortunios, el grovense apuntó a la abundancia del mayor depredador natural de este codiciado crustáceo: el pulpo. «Contamos con que as capturas sexan algo máis cativas que o ano pasado porque houbo un pouquiño máis de pulpo, o depredador máis grande do centolo, máis incluso ca nós. É a nosa opinión, a dos mariñeiros», sostuvo. Independientemente del hambre y profusión del cefalópodo en las rías, la flota de las provincias de A Coruña y Pontevedra echaron sus aparejos con la esperanza de que el mar les brindase un poco de suerte. Y la tuvieron.

Mar de fondo

El mar de fondo hizo que los cangrejos salieran del letargo. «O estado do mar é moi importante para a pesca do centolo. Canto máis mar de fondo haxa, máis se moven e máis doado é pescalos», explicó Otero. La primera jornada de travesía acabó con la venta en las lonjas de los 35 kilos que, como máximo, puede capturar cada embarcación en un día. La mayoría no alcanzaron el tope. En la de Muros se descargaron 700 kilos. La bandeja de centolla más cara se vendió a 20 euros el kilo, similar a la de Ribeira. La más barata a 10. Parece que el crustáceo sigue sin llamar la atención de la flota de Barbanza que prefiere esperar y dar tiempo a que los ejemplares engorden. La flota de la Mariña lucense no levantará la veda hasta el día dos de diciembre. Para entonces, la de O Grove ya habrá logrado pingües beneficios. Siempre que la pesquería repita los resultados de ayer.

Precio más alto

En la lonja grovense se subastaron 3.300 kilogramos de centolla, cien más que en el 2018. El kilo más barato se vendió a nueve euros. El más caro a 29,50, siete más que el año pasado. La flota no recuerda un precio tan alto en los últimos tiempos. Son optimistas. Las primeras señales apuntan a un arranque muy bueno: «Estamos contentos polos prezos e pola pesca», aseguran. Y todavía no estamos en diciembre