Las 70 empresas en lista de espera avalan la demanda de ampliar en 5.000 metros la feria
30 sep 2019 . Actualizado a las 12:59 h.En las últimas semanas, la actividad en la sede de Conxemar ha sido frenética, volcada como estaba la organización en ultimar los preparativos de la Feria de Productos del Mar Congelados, que el martes abrirá las puertas de su 21 edición. Pero toda la experiencia que da esa veteranía tiene este año un acicate que la pondrá a prueba: el anuncio de que la Seafood Expo Global, la feria de la pesca más grande del mundo y que se celebra en Bruselas, ha escogido este año a Barcelona como escenario. Nada más y nada menos. Un segundo asalto de aquel pulso que ya le echó a la de Vigo en el 2012 al reunir en la ciudad condal a 133 expositores de 27 países.
Y aunque desde Conxemar señalan que «no hay postura oficial» sobre el desembarco de la Seafood en la otra esquina de España y que los trabajos para abrir el martes se desarrollan con normalidad, no escapa a nadie en el sector que la organización pondrá toda la carne en el asador para seguir siendo cita obligada para los profesionales y continuar codeándose con rivales como la de Boston o la que hasta ahora está en Bruselas.
Por ahora, el éxito está prácticamente asegurado. Ha colgado de nuevo el cartel de completo. Y hay 70 empresas en lista de espera, atentas a si alguna eventualidad impide a una que ha conseguido hueco acudir a la cita. Ese lleno total y la cantidad de peticiones sin atender da alas a la organización para insistir en la necesidad de ampliar el recinto ferial del Ifevi para dar cabida a todas las empresas que quieran exhibirse en Conxemar. Y es que se ha revelado que los 5.000 metros cuadrados que se añadieron a la exposición no han sido suficientes y queda patente que se necesitan, cuando menos, «otros 5.000 más», apuntó la organización del evento.
Entre los participantes, los ya asiduos y alguno más. Por ejemplo, el Puerto de Valencia acude por primera vez a esta cita profesional. Es el novato de la edición, junto al organismo Tongyeon City, de Corea del Sur. A eso hay que sumar el regreso de un antiguo cliente: la francesa Port of Bologne, que recupera su espacio en los 31.500 metros cuadrados que en total tiene la feria.
Entre los expositores, empresas de todo tipo: mayoristas, importadores, transformadores, fabricantes, distribuidores, frigoríficos, maquinaria, motores, embalajes, plásticos, seguros...
Las compañías aprovechan el marco de la feria para presentar los productos más destacados de sus catálogos y para lanzar sus nuevas apuestas de productos novedosos. Nada extraño si se tiene en cuenta que el año pasado recorrieron sus pasillos 35.500 personas y que este año se espera superar ese récord que se marcó en la pasada edición.
La vertiente social de la sostenibilidad cobra protagonismo y monopoliza el congreso de la FAO
Como ya es habitual, la apertura de la feria —que estará abierta el martes y el miércoles, de 10 a 18; y el jueves, de 10 a 16— viene precedida de un congreso que Conxemar organiza en colaboración con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). El que hoy se celebra en Vigo, en el centro social Afundación, es el octavo y en esta ocasión se dedicará a analizar el aspecto social de la sostenibilidad.
El Congreso Internacional sobre Sostenibilidad Social reunirá a expertos de primer nivel mundial, entre los que estarán máximos representantes de la FAO, Organización Internacional del Trabajo (OIT), GAA (Global Aquaculture Alliance) o Thai Union, además de altos cargos del sector privado.
Mejores condiciones laborales
Los ponentes, también de referencia mundial, profundizarán en la que se ha convertido en una gran preocupación para la industria en general y para el sector pesquero en particular. En el congreso se tratarán de analizar las distintas iniciativas nacionales e internacionales que se han puesto en marcha a raíz de problemas aparecidos en el sector, como siniestros laborales, violaciones y abusos de los derechos humanos, acusaciones de esclavismo en la flota... Ante estas cuestiones surgen la necesidad de actuar con una mayor responsabilidad social, exigiendo mejoras en las condiciones laborales y sociales del sector.