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¡Un tiburón en mi «fish & chips»!

E. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

ED SYKES | Reuters

Los británicos, horrorizados tras probarse con técnicas de ADN que lo que había rebozado era carne de escualo

15 sep 2019 . Actualizado a las 13:32 h.

El fish & chips ha sido el protagonista del último escándalo alimentario en el Reino Unido. Mientras España lidia con la listeriosis de la carne mechada, los británicos tratan de recuperarse del horror que les ha producido descubrir que, al consumir su excelencia culinaria más internacional -con permiso del roast beef-, se habían comido... ¡tiburón!

La población aún trata de contener las náuseas que le ha provocado la investigación llevada a cabo por el periódico británico Daily Mirror, que envió a analizar el ADN de varias raciones de fish & chips y reveló que, en lugar de bacalao, eglefino, carbonero, salmón de roca u otro de los pescados habituales, estaban elaborados con distintas especies de escualos. De la investigación del Daily Mirror se hicieron eco todos los medios de comunicación británicos, que pusieron el foco, además, en que las que estaban rebozadas dentro de los chippies se trataba de especies amenazadas. Ni que decir tiene que la digestión de los británicos se cortó como si les hubiesen dicho que lo que habían comido era carne de perro.

Pero lo peor es que, a tenor de los resultados de la investigación, resulta que dar cambiazo en el fish & chips es más habitual de lo que podría parecer. Y es una práctica que está extendida por todo el país. Porque de las 15 muestras recogidas, en todas se encontró tiburón. Y eso que se tomaron en ciudades británicas tan dispares como Bournemouth, Brighton, Clacton, Great Yarmouth, Newquay o Poole.

Diferentes especies

Con las técnicas de ADN que aplicaron, los científicos descubrieron que en 10 raciones lo que había rebozado era spiny dogfish (Squalus acanthias), que en español viene a ser la mielga. En las cinco restantes se trataba de starry smooth-hound (Mustelus asterias), lo que aquí sería una musola dentuda, pariente cercano del cazón, que aunque no es plato habitual en los menús patrios, sí aparece en la dieta de algunos gallegos.

Ahora bien, tras el sobresalto inicial que ha revuelto las tripas de unos ciudadanos no demasiado habituados al consumo de pescado y con un exacerbado celo medioambiental, las informaciones relativizan el pecado al matizar eso de que se estaban comiendo tiburones amenazados. Aunque cargan las tintas en que los escualos son especies que tardan muchos años en alcanzar la madurez sexual y, por tanto, en reproducirse, admiten que la legislación comunitaria permite capturar y comercializar varias especies de tiburón. Es el caso del marrajo o de la tintorera que captura la flota gallega. Y también reconoce que la mielga, cuya comercialización estaba antes prohibida por el Reino Unido, en la actualidad puede ser vendida -y servida- si se trata de ejemplares que han caído de forma accidental en las redes pesqueras.

Así que lo del posible atentado medioambiental queda descartado, pues, como aclararon fuentes del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Gobierno británico (Defra) al sensacionalista The Sun, en el fish & chips puede haber tiburón «si han sido capturados legalmente y de manera sostenible».

Poco comedores de pescado

Queda en pie el escándalo alimentario. Y no por la composición de las piezas, que es genérica y tanto lleva bacalao, como granadero o cualquier otro tipo de pescado, sino porque la mayoría de los consumidores desconoce lo que come. Y la mayoría de los que venden, lo que dispensan. Pues los propietarios de establecimientos que dispensan fish & chips no son conscientes de que están vendiendo tiburón en lugar de bacalao. Lo admitió uno cuando el Daily Mirror le preguntó que llevaba: «No tengo ni idea». Claro que eso ocurre en un país no demasiado familiarizado con el consumo de pescado. Poco más deben comer que el que va en el fish & chips, a tenor de los datos comunitarios. La ingesta de proteínas marinas de los británicos está por debajo de la media de la UE.