Patrocinado porPatrocinado por

¿La vende como almeja gallega o portuguesa? Las incómodas preguntas por las que echan a Chicote de depuradoras

La Voz

SOMOS MAR

La Sexta

El chef desvela en un programa dedicado al marisco ilegal cómo almeja portuguesa, sin controles de calidad, termina en los mercados etiquetada como gallega y pone contra las cuerdas a un intermediario: «Yo lo vendo como portugués, si después el restaurante lo vende como gallego, no es mi problema»

20 jun 2019 . Actualizado a las 19:19 h.

Alberto Chicote regresó de nuevo a tierras gallegas con su programa de La Sexta ¿Te lo vas a comer? para investigar el mercado del marisco ilegal en España, un problema puesto de relieve en los últimos años (ayer mismo La Voz informaba de que fue interceptada en la AP-9 media tonelada de almeja ilegal procedente de Portugal y escondida bajo mantas) y que puede acarrear graves problemas sanitarios.

Para destapar en antena cómo es posible que se venda como almeja gallega marisco recogido de manera irregular y sin apenas controles en el país luso, el conocido chef se decidió a pulsar toda la cadena que incluye el negocio. En primer lugar viajó hasta Redondela para que el patrón mayor de la cofradía, Clemente Bastos, le aportase algunas claves.

Bastos puso el foco en cómo el negocio radica en la diferencia de precio y sostuvo que mientras que el de la almeja gallega oscila entre los 7 y los 14 euros por kilo, el de la ilegal se vende a tres euros cada kilogramo. También subrayó cómo perjudica al mercado gallego: «Una intoxicación por un producto que piensen que es gallego nos puede hundir». «Pero a esa gente le da igual, solo buscan ganar dinero», destacó.

Tras conocer de primera mano el duro trabajo de las mariscadoras gallegas y comprobar tanto en Redondela como en la lonja de Vigo el proceso de certificación del producto gallego, Alberto Chicote acompaña durante una jornada a los agentes guardacostas de la comunidad, encargados de que todo el marisco que atraviese las frontera esté en orden, para conocer cómo desarrollan su trabajo y comprobar qué ocurre con aquellos que transportan marisco sin documentación.

Durante el registro descubre que la comercialización del marisco ilegal es más frecuente de lo que imaginaba.  Los cámaras de ¿Te lo vas a comer? graban cómo varios de los cargamentos localizados no tienen etiquetas y no están registrados en el documento de transporte, lo que impide su comercialización, algo a lo que un transportista alega que es «para comer» con su familia.

Uno de los momentos más tensos se produje cuando los guardacostas gallegos interceptan un camión con 3.000 kilos de marisco ilegal llegado desde Portugal a Galicia, momento en el que Chicote pone contra las cuerdas al intermediario. El propietario del cargamento ilegal asegura que ha «comprado la mercancía y venía sin documentación». Cuando le cuestiona que por qué compra el marisco en el país vecino, este no duda: «Vale menos de la mitad. Yo lo vendo como portugués, si después el restaurante lo vende como gallego, no es mi problema». Chicote le recrimina que «no puedes comprar un material que no tiene documentación. Porque te han pillado, si no, acaba en las depuradoras».

Llegado este punto, Chicote trata el caso del marisco ilegal con Javier Francisco Molinera, responsable de la operación Clamp, con la que la Policía Marítima de Portugal y la Policía Nacional y Autonómica asestaron un duro golpe al tráfico de almeja japónica extraída ilegalmente en el país vecino para ser comercializada en España, y, ya en Madrid, se cita con una de las personas que más sabe de bivalvos en Galicia, el secretario de la Cofradía de Noia, Adelo Freire, quien le explica los principales errores en el etiquetado de marisco que facilitan que se cuele a los consumidores almeja portuguesa como gallega. Freire detalla cómo la mayoría de las veces lo que pone no da garantía de que la almeja sea de la comunidad. «Debería haber más información de la que obliga el reglamento europeo, hay información voluntaria que para mí debería ser obligatoria que es la forma y el lugar específico en el que se captura», explica. El patrón mayor concluye cómo es la falta de información en el etiquetado unida a la documentación falsificada lo que propicia la entrada de marisco ilegal. 

Alberto Chicote se traslada entonces al país vecino, concretamente, a Lisboa, para conocer de primera mano el lugar desde donde salen las almejas ilegales y se adentra en una operación policial con tres puntos estratégicos (el puente Vasco de Gama, el río Tajo y la playa de Samouco -donde se ubican los almacenes ilegales de almeja-) con la que se busca detener a los responsables del tráfico de almeja para España que viven al margen de la ley. El jefe de la Policía Marítima, Manuel José Faustino, explica a Chicote cómo esa zona del Tajo está cerrada al marisqueo por un problema de contaminación y advierte que si la almeja extraída ilegalmente «llega a España y se mezcla con otro producto, sigue siendo peligrosa».

Tras detener a trabajadores que recogen la almeja, la mayoría procedentes de países asiáticos, los agentes explican a Alberto Chicote cómo el marisco sale desde Portugal con un documento falso.

Antes de regresar a Galicia, el chef también se ve con una comerciante de marisco ilegal (pone en contacto a compradores y vendedores) que le explica cómo hacen llegar las almejas de Portugal hasta las depuradoras españolas. «Compran el producto en las playas, lo meten en los coches y se lo llevan a las depuradoras de Galicia o de Andalucía», aclara. También defiende que los compradores saben que «el producto es de origen ilegal» y ellos mismos «lo hacen pasar por su almeja». Confiesa que los envíos grandes se reparten «entre distintos compradores».

Tras grabar la evidencia, Chicote regresa a Galicia para comprobar si es en las depuradoras donde el marisco ilegal pasa a convertirse en legal aprovechándose de las guías (certificados) falsificadas en Portugal. Malas respuestas, evasivas o negativas son las respuestas que obtiene el conocido chef en su visita a tres viveros.

En el primero, el responsable defiende que «compra almeja portuguesa pero no tiene forma de saber si es legal o no porque desconoce la normativa del país vecino».

En una segunda depuradora, las respuestas, cada vez más incómodas, se centran en lo mismo. «Yo no puedo entrar a discutir si una almeja procede de una zona o de otra, yo me tengo que amparar a las guías que me dan. Las autoridades me dan el visto bueno para meterla en las instalaciones», defiende un airado dueño que no duda en cortar abruptamente la entrevista después de que Chicote le pregunte si «¿usted cuando la vende lo hace como almeja gallega o portuguesa»?

Ya en una tercera y última Chicote le pregunta a un dueño, aún tranquilo, si «¿es posible que en Portugal falsifiquen las guías?». «Todo es posible en esta vida. He oído que eso pasa, pero de oídas. Y al que le pasa te digo yo que es un ignorante», sostiene el propietario. Tras cuestionar si su almeja cumple el tamaño mínimo, la tensión crece y termina de nuevo con Chicote fuera de las instalaciones.

El chef, preocupado, deja esta reflexión en el aire: «Llevo más de 30 años cocinando y he hecho almejas en infinidad de ocasiones y ahora no hago más que pensar cuántas veces me han engañado».

 

Las denuncias gallegas de Chicote

Desde el arranque del exitoso programa de ¿Te lo vas a comer?, han sido varias las ocasiones en las que el conocido chef se ha trasladado a la comunidad para hacerse eco de denuncias realizadas desde Galicia. 

En la presente temporada, la segunda del programa de La Sexta, el cocinero se hizo eco, por ejemplo, de las críticas de los padres del centro de educación especial de A Coruña sobre la deficiente alimentación de los niños que asisten a él.

En tono positivo, también quiso viajar a Ourense para visitar un colegio que es un ejemplo en buena gestión de comedores escolares. 

En la primera temporada Galicia protagonizó varios programas. Uno de los de mayor eco fue el que tuvo lugar en el Hospital de Barbanza, donde Chicote no logró entrar. Fue después cuando el cocinero comprobó en la romería vikinga de Catoira, en un día de intenso calor, cómo algunos de los productos no se conservan en condiciones adecuadas. Ya en Vigo comprobó cómo en muchas ocasiones se hace pasar la perca del Nilo por mero.