Patrocinado porPatrocinado por

El expresidente de los percebeiros de Lira, a prisión por agredir a un furtivo

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

02 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El expresidente de la agrupación de percebeiros de Lira (Carnota), Manuel Antonio Martínez Lustres, deberá ingresar en prisión el viernes después de que el Tribunal Supremo desestimara el recurso contra la sentencia de la Audiencia Provincial de A Coruña que lo condenó a tres años de prisión por agredir a un furtivo en el 2013.

El fallo fue recibido ayer en las dependencias del pósito y, nada más tener conocimiento del mismo, la junta general celebró una sesión extraordinaria para mostrarle todo su apoyo por los hechos juzgados por la Audiencia en noviembre del 2017, por unos hechos ocurridos el 21 de junio del 2013.

Los responsables de la entidad marinera mostraron su disconformidad con una «condena tan severa, polo que mostramos a nosa solidariedade con Manuel Antonio Martínez e a súa familia, neste difícil momento. Tamén lle queremos agradecer a súa dedicación e desvelo polo bo funcionamento desta entidade».

Indemnización

El acusado fue condenado por un delito de lesiones cometidas con un medio peligroso, con el concurso de la circunstancia agravante de alevosía y de la atenuante de reparación del daño. También deberá indemnizar al agredido con 7.200 euros.

Los hechos ocurrieron el 21 de junio del 2013, cuando el expresidente de los percebeiros de Lira se encontró en el puerto de la localidad con dos furtivos que en días pasados habían estado faenando de forma ilegal en sus concesiones. Según la sentencia, tras una breve discusión, y cuando los dos hombres se dirigían a su vehículo, Antonio Martínez agredió a uno de ellos con una raspeta en la cabeza. A consecuencia de la agresión, el herido cayó al suelo y sufrió un golpe en la cabeza que requirió tratamiento médico para su curación, que se demoró 97 días.

El suceso fue la culminación de unos hechos ocurridos unas semanas antes en la villa, cuando se produjo un tumulto en el que mariscadores ilegales atemorizaron a la población tras encontrar uno de sus coches volcado por vecinos de la localidad que intentaban disuadir a los furtivos.