Quieren que España y Portugal reconozcan 5 años de sacrificio que han llevado al aumento del 70 % de la biomasa
20 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Si hay que velar por la sostenibilidad de la pesquería de sardina, que se vele, pero que esa sostenibilidad se entienda en todas sus vertientes: «Todo faremos para garantir o futuro da pesca da sardiña nas súas vertentes económica, social e ambiental buscando o indispensable equilibrio». Es la sentencia que figura en las conclusiones a las que ayer llegaron en Peniche pescadores de Asturias, Galicia, Andalucía y Portugal, que se reunieron en el primer Encontro Ibérico dos Productores de Sardiña.
Profesionales de derecha e izquierda del Miño acordaron exigir unas «posibilidades de captura de sardiña dignas e que respecten a importancia social e económica do sector de España e Portugal». Esa dignidad la expresaron también en forma de cifra: 15.425 toneladas, con posibilidad de aumentarlas en el segundo semestre del año. Los números salen, explican los pescadores, de fijar la mortalidad en un 10 % de la biomasa de sardina de más de un año que se calcula que hay en el caladero y que se sitúa en 154.254 toneladas, y «tirando por lo bajo», apuntan.
Entienden los profesionales que España y Portugal deberían dar el visto bueno a esa cantidad no solo por los cinco años de esfuerzo y sacrificio que llevan a sus espaldas, con medidas de gestión estrictas y rigurosas, sino también en atención a que la situación del stock ha mejorado.
En este sentido, se congratulan «por el aumento relevante que el recurso ha tenido en los últimos tres años» tras el período crítico del 2012 al 2015, de mínimos biológicos históricos, y se felicitan por los buenos resultados científicos obtenidos en las campañas de investigación científica que han realizado tanto el IEO como el portugués IPMA, que constatan que entre el 2017 y el 2018 la biomasa de sardina aumentó un 70 %.