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Pescadores del Reino Unido rechazan el aplazamiento del «brexit»

C. Wright / AFP NEWCASTLE

SOMOS MAR

ANDY BUCHANAN

Varias embarcaciones surcan el río Tyne para «salvar los peces británicos»

17 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Largando amarras en North Shields, pequeña localidad del noreste de Inglaterra que se vanagloria de tener pescadores desde 1225, una docena de barcos navegaron el viernes por el río Tyne para «salvar los peces británicos» y protestar contra el aplazamiento del brexit. A bordo de esas embarcaciones había escoceses, norirlandeses e ingleses que suelen acudir a pescar gambas en las aguas del mar del Norte que bañan esa ciudad de 10.000 habitantes. En lugar de faenar, el viernes por la mañana se reunieron para hacer «entender» a Londres que «la flota británica está diezmada» por los países europeos, explicó el capitán del Lady Pearl, el sexagenario Angus Murray.

Los manifestantes, reunidos por el movimiento Fishing for Leave, partidario de un brexit duro, consideran que la política común pesquera (PCP) es un ataque a la soberanía marítima británica. «Capturas el pescado, pero no lo puedes desembarcar» por la limitación de cuotas, se lamenta Gary Dunbar, de 43 años, que ha pasado la mitad de ellos en el mar. «Entonces ¿para qué sirve?», añade Dunbar, capitán del Moremma, un pesquero de 23 metros equipado de dos grandes redes, que asegura tener que recurrir a otros «pequeños trabajos» para llegar a fin de mes.

«Me parte el alma que mi pesca acabe siendo tirada cuando solo he hecho mi trabajo», dice Leslie, de 21 años, tripulante del Moremma. «Espero un día poder tener mi propio barco» y, con el brexit, «que todo vuelva a ser como en la época de mi padre, cuando no había cuotas», agrega.

 El brexit «es un tema delicado», explica Derek Hugues, un marinero escocés. «Salir de la UE podría ser menos bueno para nuestras exportaciones, pero por lo menos tendremos el control de nuestras aguas: nuestros barcos podrán hacer lo que quieran y podremos limitar los pesqueros extranjeros», afirma.

En Newcastle-upon-Tyne, a unos 13 km de North Shields, la flotilla pro-brexit fue recibida por una treintena de manifestantes que enarbolaban banderas europeas. Y es que, contrariamente a la gran mayoría de ciudades del noreste de Inglaterra, esta votó por permanecer en la UE en el referendo del 2016. La llegada no estuvo exenta de tensión.