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El arrastre rechaza una veda del besugo que lo dejaría 6 meses fuera del caladero

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

SIMÓN BALVÍS

Sugiere que se modifiquen las coordenadas, porque en esa zona no abunda la especie

10 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El plan es simple: rebajar la mortalidad por pesca y, sobre todo, evitar la pesca de juveniles de besugo para que estos lleguen a la edad adulta, se reproduzcan y eso permita aumentar el stock y, en consecuencia, el TAC (total admisible de capturas). Esa es la teoría del proyecto de orden que ha preparado el Ministerio de Agricultura y Pesca en respuesta a las sugerencias del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar), que ha llamado la atención sobre la «situación biológica muy delicada» del Pagellus bogarabeo. La práctica, sin embargo, es que se imponen cinco áreas de veda en el caladero del Cantábrico Noroeste y que una de ellas cierra a la actividad durante seis meses en la que es una de las principales zonas de faena para el arrastre de fondo.

Ni que decir tiene que este segmento de flota ya ha expresado su rechazo y, a través de la Organización de Productores (OPP) Pescagalicia, ha presentado alegaciones a una orden que prevé aplicarse a las redes de arrastre y a las artes de anzuelo de fondo de todo el Cantábrico, dejando al margen a la volanta. Esas embarcaciones tendrían prohibido faenar con esas artes entre abril y septiembre en cinco áreas, una frente a Cantabria, tres frente a Asturias y una delante de Galicia, en las que teóricamente abundan los juveniles de besugo.

También teóricamente porque, en la práctica, según el arrastre, el área vedada situada frente a Galicia es de playa, de fondo arenoso, cuando se trata una especie que se encuentra más «no cantil da plataforma continental», de ahí que hayan propuesto una ubicación más al norte.

Pescagalicia alega que el arrastre tiene unas capturas de besugo anuales «insignificantes» y se trata de una especie accesoria en la composición de capturas. Pero a pesar de esa escasa incidencia, se ven afectados de lleno porque «la veda propuesta en la costa gallega afecta a una amplia zona habitual de pesca y muy importante para el arrastre, donde se capturan otras especies de máximo interés para la supervivencia de nuestros barcos: lirios, jureles, merluza, rapes, gallos, etcétera».

Así que, según expresa Pescagalicia, la medida «no lograría alcanzar plenamente su objetivo, pues no protegería ni a los juveniles de esta especie ni incidiría apenas en la mortalidad por pesca, por la escasez de capturas que tiene la flota de arrastre y lo que si conllevaría es, dado además el largo período de afectación, un grave perjuicio económico para la flota de arrastre que opera en este caladero de Galicia, al no poder estar durante 6 meses al año en este caladero habitual» de estos barcos.

Sin justificación biológica

Para reforzar sus argumentos, la agrupación aporta los datos de pesca de la embarcación que más besugo extrae de entre sus asociados y las zonas en las que se producen esas capturas. Y ninguna coincide con las coordenadas que ha elegido la Secretaría General de Pesca para proteger a los juveniles de la especie. «El arrastre no tiene capturas de besugo en dicha zona, pero sí de otras especies, con lo que la zona propuesta carece absolutamente de justificación biológica», aducen desde la organización del arrastre.

Recuerdan que este segmento de flota ya tiene que cumplir durante cuatro meses -de octubre a enero- una veda que les impide la actividad en una amplia zona frente a A Coruña. Una prohibición en aras de la protección de merluza que afecta exclusivamente al arrastre porque las demás artes apenas tenían incidencia en las capturas de juveniles de esa especie. Por esa misma regla de tres, este segmento debería quedar al margen de esa veda, pues apenas tiene incidencia en la pesca de alevines de besugo, argumentan. De otra manera, se estaría limitando «sin justificación» todavía más la actividad de la flota arrastrera.

Los arrastreros ya tienen otra zona vedada de octubre a febrero entre Ortegal y Prior

Las cinco áreas de exclusión afectarían también al palangre de fondo, no a la volanta

Medidas que debería también acatar la flota con bandera lusa

Que se opongan a la veda para protección de juveniles dibujada para Galicia, no quiere decir que la organización coruñesa de arrastreros rechace la adopción de medidas para aumentar el stock de besugo. Pero cree que hay otras fórmulas menos lesivas para los productores. Como, por ejemplo, el establecimiento de vedas en tiempo real.

De esta manera, Pescagalicia propone que los arrastreros del Cantábrico que capturen en las zonas de veda establecidas capturas superiores a los cien kilos deberán abandonar dicha área. Asimismo, sugieren que solo se permita trabajar a los barcos que empleen esa arte de fondo con malla de igual o superior dimensiones de los 70 milímetros.

Y si, como reza el preámbulo del proyecto de orden, de lo que se trata es de recuperar el stock para que España pueda disponer de mayor cuota una vez que se recupere la especie, las medidas deberían afectar a todos los que operen en sus aguas, lleven bandera española o portuguesa. Porque, apunta el colectivo, el objetivo difícilmente se alcanzará si los «25 buques de arrastre lusos faenan en dichas zonas sin ningún tipo de restricción y con dispositivos en sus artes de pesca muy perjudiciales para la conservación del fondo marino y de este stock como es el tren de bolos, con lo que la mortandad de pesca y la captura de juveniles que pesca dicha flota de bandera portuguesa no se vería afectada cuando tenemos una importante presencia de 25 buques en el caladero del Cantábrico-Noroeste, por lo que urge compatibilizar cualquier medida de recuperación del stock con medidas que afecten también a dichos buques.