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Palangreros gallegos tratan de evitar que se eleve la protección al marrajo

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

México ha puesto ya sobre la mesa la propuesta de incluirlo en la lista roja de especies

26 abr 2019 . Actualizado a las 16:18 h.

Hace ya tiempo que los palangreros de superficie gallegos tienen que bregar con las ansias de los conservacionistas, que buscan extender al marrajo dientuso -que la flota gallega captura asociado al pez espada y a la quenlla- la protección que ya existe para el sardinero y otros tiburones: la veda total. Esa es la razón de que, a diferencia de unos años atrás, las capturas ahora estén limitadas al tope de las que regía en los últimos años, de que haya observadores a bordo de al menos el 5 % de la flota que se dedica a la pesca de esa especie y de que los armadores hayan tenido que observar más medidas.

Y si hasta el momento se han ido zafando, ahora las cosas se complican. Sobre todo desde el momento en el que el presidente del comité científico de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico, David Die, hablase abiertamente, ni más ni menos que en A Guarda, de que era necesario «parar la pesca para lograr que el stock se recupere rápidamente».

Eso fue en julio y, si bien en la cumbre de noviembre no se evaluó la especie, como tampoco se hizo con el bonito del norte, puesto que ambas se habían revisado el año anterior, poco después llegó el jarro de agua fría de que México había puesto sobre la mesa de Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) la propuesta de incluir el marrajo en el Anexo II, en un apéndice al lado del caballito de mar, el canguro arborícola gris o el tiburón ballena.

Un movimiento que el sector pesquero no duda que está alentado por las organizaciones conservacionistas internacionales. «El marrajo es una especie pesquera y como tal se tiene que gestionar en la organización regional de pesca (ORP)», comentó indignado Edelmiro Ulloa, gerente adjunto de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI).

El sector asegura que detrás del movimiento del país azteca están las oenegés Lo peor es que la batalla no se celebra en su campo, sino en el de Medio Ambiente. Y, pese a todo, los armadores se están moviendo todo lo que pueden «para tratar de frenar una ofensiva» que, si bien lleva la firma de México, viene impulsada por Shark Trust, entre otras organizaciones que ya han intentado poner trabas a la explotación del marrajo en otros foros. Por lo pronto, tratan de convencer a otras partes contratantes de la convención -de la Organización de Naciones Unidas- de la barbaridad que supone incluir esta especie en el Anexo II de la Cites. Porque, si bien es cierto que las capturas en el norte del Atlántico se han reducido, ya se han tomado medidas en el seno de la ICCAT y los científicos de la organización realizarán nuevos análisis de riesgo en breve. Eso sin contar con que el stock del sur de ese océano no presenta problemas, según la misma ICCAT.

Así que «es bastante ridículo meter en la lista roja de Cites al marrajo por la presión de las oenegés», subraya Ulloa. Y recuerda que, después del pez espada y la quenlla, el marrajo es la especie de mayor importancia para la flota palangrera de superficie, gallega en casi su totalidad. También lo pescan espaderos portugueses, pero en este caso «a Portugal no parece importarle la protección», dice el gerente adjunto de Arvi.

Las oenegés conservacionistas ya lo intentaron con el atún rojo, pero no lo lograron

De incluirse en mayo al marrajo en el Anexo II de Cites sería la primera vez que figura en esa lista una especie pesquera que se explota comercialmente. «Nunca antes había ocurrido, porque como stock pesquero está al amparo de una organización regional de pesca», apunta Ulloa. Ahora bien, no es el primer intento. Los conservacionistas hicieron la misma jugada con el atún rojo. No lo consiguieron. Y ahora, unos años después, esa especie ya ha salido del plan de recuperación y se explota normalmente.

«Ejemplo de que la ICCAT no lo hace tan mal son las medidas que impuso para regenerar el stock del atún rojo. Ahora está reconstituido», subraya el gerente adjunto de Arvi, Edelmiro Ulloa. Eso es lo mismo que reclama el sector para el marrajo: que las medidas se tomen en el seno de la ORP correspondiente, que curiosamente, es la misma que recuperó el atún rojo.

En esa tarea de convencer a las partes contratantes, los espaderos gallegos tendrán primero que persuadir a la Unión Europea, un conglomerado de países de los que «muchos ni viven del pescado ni comen pescado, o el que comen se lo compran a los chinos, así que les importa muy poco», dice Ulloa. Sí han convencido a otros firmantes de la convención, como Marruecos y varios países africanos. Y lo más importante, tienen de lado al Gobierno español, tanto en su rama de Pesca, como no podía ser de otro modo, como en la de Transición Ecológica, que «ha entendido nuestros argumentos», apostilla Ulloa.